Hubo un tiempo en el que la natación valenciana competía en el panorama nacional con cierto orgullo. La cantera era más o menos sólida y no pocos integraban las selecciones españoles en sus distintas categorías. La realidad hoy es muy distinta. Los nadadores emigran resignados-la mayoría, a clubes catalanes- y ahora mismo no hay ningún becado por la Federación de Natación de la Comunidad Valenciana (FNCV) que sea internacional absoluto, júnior o infantil. En realidad, la federación está en proceso de derribo. Ni siquiera tiene presidente, después de que el pasado sábado dimitiese Juan Pedro Rodríguez y su junta directiva, un síntoma inequívoco de que las aguas están revueltas en medio de una estampida general de nadadores. Una junta gestora mantiene, en un ambiente de inestabilidad, las riendas de un colectivo con un destino incierto. Hasta 2018 no habrá elecciones.

Los datos son fríos y elocuentes. Hoy, la única valenciana internacional es Rocío González-Espresati, del CNT Elche. De los 13 becados esta temporada en el Centro de Tecnificación de la Petxina, 7 de ellos (Carolina Prades, Mariló Martí, Laura Jaén, Jorge Hernández, Miquel Benito, Raúl Rincón y Javi Ronda) han abandonado València, tal como ha venido informando el portal web especializado Natacción. No había complicidad con el entrenador del centro, Gustavo López -exsecretario técnico de la FNCV-, y prefieren seguir en sus clubes, aunque la mayoría termina en Cataluña, donde el sistema de formación va varios pasos por delante. Una de los últimas promesas valencianas en marcharse ha sido Héctor Fontabella, que fichó por el Sabadell y ahora entrena en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. El mismo camino siguieron otras de las perlas valencianas, Sandra Pallarés (CN Sabadell) y Mariló Martí (Sant Andreu).

La federación se derrumba en medio de una «omertà» generalizada en clubes y nadadores, un silencio justificado en el miedo a perder becas y a encontrarse con obstáculos en trayectorias labradas con tanto esfuerzo. En el agua, aunque no lo parezca, la presión competitiva es extrema en busca de cualquier financiación que permita meter la cabeza en la élite.

La FNCV: «Deberían contarlo ellos»

La FNCV justifica el hundimiento competitivo en la crisis de 2008, que provocó una disminución de la subvención de la Generalitat. «Bajamos de más de 80.000 euros a 25.000 y eso fue un palo. Ahora estamos volviendo a reflotar», asegura el exsecretario -ahora miembro de la gestora de la federación- y actual entrenador del Centro de Tecnificación de la Petxina, Gustavo López. A la pregunta de por qué hay descontento con la gestión de la cantera que él dirige, duda: «Se van (los nadadores becados) por cuestiones personales. Deberían contarlo ellos, pero yo no tengo constancia de que haya malestar», añade.

El comienzo del declive coincidió con el despido de su antecesor al frente de la Petxina, Carlos Carnero. El rendimiento general cayó entonces en picado en una federación que, antes del declive, fabricaba campeones de España (Sergio Sanchis, Carlos Rovira, Víctor Tarín o Alejandro Martínez), subcampeones (Lucas Fernández, Laura Gutiérrez o José Luis Carrión) y medallistas ( Javier Hernández, Jorge Martínez, Natalia Peña, Ruth y Andrea San Antonio o Carolina Pradas) con frecuencia. De aquella época reciente salió también la olímpica en Pekín 2008 Lydia Morant. Hoy, la cantera es un páramo. Y la federación, un corcho agujereado que se hunde.

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