P ¿Seguro que lo deja?
R Confirmado. Cuando tienes dudas porque estás bien físicamente es más difícil, porque el fútbol atrapa mucho. Pero a mí el tendón de aquiles no me deja seguir compitiendo y es el momento de retirarse
P ¿Se retira por la lesión?
R Después de operarme, los médicos y los fisios vieron que no había una evolución buena como para seguir jugando al fútbol con la exigencia de la Segunda B o Tercera. Pensé que lo mejor era la retirada. Con 42 años hemos estirado el chicle lo suficiente.
P ¿Es duro colgar las botas?
R Es difícil cuando este tipo de circunstancias te pilla en una edad entre los 30 y los 35. Ahí es mucho más duro. Llegué a los 41 compitiendo a un muy buen nivel y sabía que esto iba a llegar. Es triste que haya sido fuera de los terrenos de juego, pero tenía claro que un día el cuerpo no iba a dar para más.
P ¿Qué hay que tener o hacer para llegar a los 42 años jugando a un buen nivel?
R Lo primero es amar lo que haces, amar el fútbol. He tenido dedicación exclusiva para ser lo más profesional posible. La profesionalidad no va con la categoría en la que juegas, va con la persona. Técnicamente no he sido un jugador de gran nivel, pero lo he suplido con otros aspectos del juego como la honradez, el trabajo, el cuidarse día a día... Ser futbolista no sólo es entrenar dos horas y jugar el fin de semana.
P ¿Y ahora qué?
R Me gustaría seguir vinculado al mundo del fútbol. Me he sacado los tres niveles de entrenador y tengo el curso de director deportivo que hice en Las Rozas. Si puedo seguir vinculado al Olímpic perfecto, porque he estado 8 años allí y estoy identificado con el club y su proyecto.
P ¿Qué recuerda de los inicios?
R Vivía aquí en Foios, soy de Foios, y desde querubines jugaba en el Foios. Jugábamos en el campo de tierra, y guardo muy buenos recuerdos. Me forjé aquí, no fui a ninguna cantera de más nivel. Me quedé con mis amigos de toda la vida. Me subieron al primer equipo, en Tercera, cuando tenía 17 años y ahí empezó todo.
P ¿Jugar en el equipo del pueblo es algo especial?
R Para mí fue lo máximo. La fidelidad por esos colores y el escudo. De pequeño iba a ver jugar al Foios con mi padre. Íbamos a Nules, a Cabanes... Donde jugara. Mis ídolos eran los jugadores del Foios, que entonces estaba en Primera Regional. Eso te llena. Mi sueño era jugar en el primer equipo del Foios.
P En los campos de Tercera y Segunda B la gente suele criticar mucho a los veteranos. ¿Cómo se lleva eso por dentro?
R En el fútbol, cuando llegas a los 30 años cualquier aficionado te dice que eres viejo, que tienes que retirarte, pero cuando pasas de los 35 pasas a ser un mito. Las críticas se convierten en reconocimiento. Llegas a una edad en la que la gente te respeta por estar a un buen nivel.
P ¿Dejó pasar algún tren de jugar en una categoría superior?
R No pasó nunca. Siempre he podido jugar en el Grupo VI de Tercera o el III de Segunda B. Pude ir a jugar a otros grupos de Segunda B.
P ¿El fútbol regional valenciano está olvidado?
R Cada día menos. Ahora con las redes sociales, con la prensa, hay mucha gente que cuida mucho e el fútbol regional y tiene más repercusión. Hay muchos jugadores de Segunda B y Tercera que están saliendo al extranjero y por eso creo que el nivel de Segunda B y Tercera ha bajado. Hace diez años estas categorías eran más potentes.
P ¿Qué momento se le ha quedo grabado en la mente?
R Todos los partidos de promoción los tengo grabados en la mente, recuerdo cada jugada. Tengo el mal recuerdo del partido con el Olímpic en Hospitalet, para meternos en la promoción a Segunda A. Nos quedamos fuera en la última jornada.
P ¿Algún gol?
R Un gol bueno fue el que marqué contra el Barça B. Me marcaba Puyol y me anticipé para rematar de cabeza en un córner.
P ¿Aquel partido contra el Madrid en el Bernabéu se lo tenía reservado el destino?
R Después de no entrar en la promoción a Segunda A, creí que lo que nos había quitado el fútbol nos lo devolvía con creces con aquella eliminatoria de Copa ante el Madrid. A nivel de disfrute ha sido lo más importante de mi carrera. La imagen que dimos, empatar a cero en casa... Quince días en los que nos sentíamos jugadores de máximo nivel. Fue muy especial jugar en el Bernabéu con el brazalete de capitán.
