«Gràcies, Voro», reza el titular de la Portada del mes de mayo de Levante-EMV, confeccionada con el mismo cariño que Voro González transmite al club de Mestalla, su patria eterna. «Gracias a él, el club se ha salvado. Conoce todo, lo bueno y lo malo, y sin él estábamos sentenciados», explicó durante la entrega del premio, a su lado, Fernando Giner, una de sus almas gemelas y otro catedrático en «valencianismo». A la sentencia del Xufero, presidente de la Asociación de Futbolistas del Valencia CF, sólo le faltó una banda sonora, de fondo, para ser la representación exacta de quién es Voro en el Valencia CF. No de quién fue en el campo, que también, sino de quién ha sido en las últimas temporadas. «Fue una travesía muy complicada. En diciembre estaba la posibilidad real de que podíamos bajar. Lo más importante es que lo solucionamos en 2 o 3 meses, que fue muy difícil aunque ahora haya parecido fácil», había explicado Voro antes, muy liberado y con ganas de hablar, durante la entrega del premio de manos del director de Levante-EMV, Julio Monreal. «No ha sido difícil encontrar la foto principal de la portada: la de Mestalla agradeciendo sus servicios y él respondiendo con otro aplauso. Le hacemos entrega de nuestro mejor producto por ser una persona que siempre lo dio todo por el Valencia CF y que ha puesto el broche salvando al equipo esta temporada», dijo Monreal.

Tras sus dos comparecencias salvadoras como entrenador en 2008 y en 2016, el club volvió a recurrir a Voro, entonces delegado del equipo, el pasado mes de diciembre. Con la dimisión de Prandelli en medio del caos general, el delegado recuperó su rol de entrenador, esta vez con mucha más responsabilidad. El Valencia caía en barrena. Pues bien, otra vez lo rescató y dejó, de paso, un legado para levantar la nueva estructura deportiva. Saneó el vestuario y dio vuelo a los canteranos Carlos Soler y Lato, que abrieron la puerta al resto de chavales que se han incorporado este verano al primer equipo. «Mucha gente me dice ‘gracias’. Fue una responsabilidad en su momento, así la afronté. Era un momento delicado, como un mal sueño, lo hice lo mejor posible, al final la situación mejoró y ahora tenemos un panorama mucho mejor para poder trabajar».

El club le ha dado el cargo de team manager. «Ahora me encargo de todo lo relacionado con el primer equipo más allá de la parcela deportiva», asegura . Es muy optimista con el nuevo rumbo del Valencia tras el fichaje del Marcelino. «Hemos acertado de pleno con él, es muy exigente y trabajador, y quién no lo es, no cabe en su proyecto. Es un entrenador que sabe sacar el máximo rendimiento a lo que tiene», explicó durante la tertulia posterior, acompañado también del alcalde de l’Alcúdia, Andreu Salom. «Hay buen equipo y vamos a competir. Soy optimista. El equipo está funcionando bien, es sólido, tiene base y faltan los fichajes que van a llegar», añadió.

Madrigal: «Mamaron otra leche»

La presencia de Giner no fue casual. Tampoco la del presidente de las peñas del Valencia CF, Blas Madrigal, que analizó con precisión la trascendencia de las dos figuras. De la cantera, del espíritu valencianista que relució en los años 80, cuando el descenso. «Estos hombres (Voro, Giner, Sempere, Camarasa, Fernando, etc...) mamaron otra leche», dijo. Giner tomó la palabra: «Al final, esto lo saca adelante la gente de la casa. Nosotros jugábamos juntos desde pequeños en la escuela, eso crea raíces, una identidad y unos lazos y, además, la fomentábamos con los demás en las concentraciones. Yo podía decirle ‘me cague en tu puta mare» en el campo y él lo entendía’», recordó. «Lo mejor es el conocimiento de las personas, no del futbolista. Al futbolista la conoces ya en el campo, pero a la persona solo en las concentraciones», coincidieron los dos.

La irrupción de los canteranos Soler, Lato, antes de Gayà, Nacho Gil, Nacho Vidal, Nando y algún otro es un buen comienzo, asegura Voro, para levantar la nueva estructura deportiva y un vestuario libre de tóxicos. Como en los felices finales de los años 80.