El Valencia Basket consiguió ayer llenar su vitrina con el único título nacional que no tenía. La Supercopa se une a la Copa del Rey y la Liga en un trofeo que fue levantado de nuevo por Rafa Martínez tres meses después. No ha podido comenzar de mejor manera su periplo en la Fonteta Txus Vidorreta que en dos encuentros oficiales ha conseguido guiar a los valencianos a un nuevo título en una pretemporada compleja.

El gen «taronja» luchador y ganador siempre, se ha instalado y de que manera en los jugadores. Una vez más el Valencia Basket supo superar los malos momentos en el choque y los arreones del rival para saber aguardar su momento y superar al Gran Canaria y al ambiente que ayer jugaba en su contra.

San Emeterio, Dubljevic y Green fueron los estandartes en los momentos de la verdad, aunque el trabajo colectivo fue el discurso de los jugadores al finalizar el choque. La mala noticia llegó con San Emeterio. El cántabro, que llevaba anotados catorce puntos en el tercer cuarto y estaba dando un recital pidió el cambio al sufrir un pinchazo en la cara posterior del muslo derecho. El jugador internacional reconoció al final del partido que ya tenía molestias previas pero optó por forzar. A falta de las pruebas médicas que van a realizarle su concurso para el debut en liga del próximo domingo es muy dudoso.

Al contrario que en la semifinal del viernes el partido comenzó muy cerrado. El Gran Canaria impidió al Valencia Basket desarrollar dos de sus grandes cualidades en la pista como es la correr en las transiciones y anotar desde el perímetro. Luis Casimiro tejió una tela de araña que atrapó entre otros a Green que no estuvo tan cómodo como en el choque ante el Unicaja.

Pese a todo la parcela defensiva de los valencianos se mantuvo sólida concediendo pocos puntos a los locales para llegar con todo igualado al final del primer cuarto (13-13). El partido cambió de manera negativa para los «taronja» en el segundo período ya que el Gran Canaria endosó un parcial de 9-0 que llevó el electrónico de un 16-15 a un peligroso 25-15. Con solo un triple anotado de catorce intento en la primera mitad solo el juego exterior del Valencia Basket achicó agua antes del descanso gracias a los puntos de Vives, Diot, San Emeterio y Green que consiguió su primera canasta a dos minutos para llegar al descanso. Esta tibia reacción permitió llegar al descanso enganchado al encuentro (32-23).

San Emeterio lidera la reacción La segunda parte le sentó bien a los de Vidorreta pese a encajar un triple inicial de McKissic (35-23). Un parcial de 0-14 liderado por San Emeterio comenzó a cimentar la victoria (37-37). El Gran Canaria aguantó como pudo el empujón de los valencianos y ya sin el cántabro en la pista al caer lesionado llegó vivo al último cuarto (46-48). Con diez minutos de final por disputar el Valencia Basket tuvo la virtud de marcar con autoridad el ritmo del choque. Diot y Vives en la dirección con el trabajo de Dubljevic bajo aros mantenían rentas relativamente cómodas (55-61). El Gran Canaria dio el último susto con dos triples de Eriksson pero entonces respondió Green con acciones de nivel NBA que silenciaron la cancha. El Valencia Basket quería ser campeón y lo consiguió. Es ahora mismo el más fuerte y ejerce con suficiencia su ley.