El Valencia Basket llegó ayer por la tarde al aeropuerto de Manises con un nuevo trofeo. La Supercopa ha agrandado y dado lustre a un 2017 para el recuerdo donde se ha confirmado indudablemente que es la mejor época del club de la Fonteta. El título ha rubricado la consolidación de un proyecto que no quiere parar aquí y que sueña con optar a más. Aunque el discurso de los protagonistas ha residido en el colectivo, las miradas han estado muy puestas sobre Txus Vidorreta. El técnico bilbaíno tenía ante sí su primer reto de la temporada y lo ha superado con nota. Con una preparación difícilporque las lesiones de Williams o Abalde a última hora mermaron el plantel y, sobre todo, el nivel de entrenamientos. Vidorreta apenas pudo trabajar una semana con los internacionales Vives, Sastre y San Emeterio, decisivo este último en la final del sábado. El que fuera técnico del Tenerife ha realizado un 2017 historico tras guiar a los canarios a su primera título europeo y conseguir su primer trofeo en la ACB. Sabedor de los sistemas implantados desde hace varias temporadas en el Valencia Basket, su idea del baloncesto se ha cimentado en dos premisas muy claras, la defensa y la velocidad en ataque.

Ante el Gran Canaria fue la fortaleza atrás la que permitió cambiar la dinámica de un partido que en la primera mitad estaba perdido. El plantel «taronja» apretó los dientes atrás y no escatimó en jugar sus bazas con hombres como Thomas, que jugó 3o minutos, o San Emeterio, quien, pese a no estar en las mejores condiciones físicas, optó por arriesgar y jugar el choque. Con las variantes de Diot y Vives en la dirección del equipo, Vidorreta se encomendó al acierto exterior de Green, quien firmó una gran semifinal ante el Unicaja, y la ayuda de Sastre, que, como en la selección española, se puso el mono de faena en defensa. Solo Rafa Martínez, quien no ofreció su mejor versión, fue el único activo al que no pudo sacar su máximo.

En el momento de la verdad la vieja guardia no defraudó. El entrenador vasco supo que con San Emeterio y Dubljevic tenía un filón. Ambos consiguieron en acciones individuales desbordar todo el trabajo del Gran Canaria. Los fichados este verano, Pleiss y Doornekamp, tuvieron también su dosis minutos en una rotación larga y con variantes. Vidorreta estaba feliz tras la final. Sabedor de la sombra de su antecesor, el reto de este año en la Fonteta es grande, pero por el momento lo ha sobrellevado con tranquilidad y con una filosofía de trabajo que los que le conocen dicen que nunca olvida. Casi de punillas ya es parte de la historia del Valencia Basket. Una historia cada vez más brillante.

Van Rossom regresa

El Valencia Basket confirmó ayer que Van Rosom firmará hasta final de temporada. El belga, de 31 años, se incorporará de inmediato a la disciplina del club valenciano.