¿Qué balance hace de los jugadores de Valencia Basket?
Estoy encantado con todos. Vives participó más en la primera fase y menos en la segunda, pero siempre con una actitud, un saber estar, un compañerismo y una contribución concreta muy buena cuando tuvo que darla. Tiene la mala suerte de tener por delante a dos fenómenos no tan mayores como Rodríguez y Ricky. Después de ellos, es la referencia. Nos lo ha confirmado en estos dos meses. A San Emeterio lo conocía desde hace mucho. El año pasado se tuvo que quedar fuera, siendo un miembro del equipo, de nuestra familia, y ha sabido volver con un «rol» que nunca ha tenido en la selección. Siempre ha tenido que adaptarse a complementar el protagonismo de estrellas más mediáticas, pero siempre es fundamental en cualquier quinteto. Para Joan Sastre ha sido la primera vez y vino muy bien estar en la primera concentración porque entró muy bien en la definitiva. Tuvo una capacidad de saber ocupar su sitio perfecta. Tuvo un «rol» quizá más defensivo, diferente, pero cuando tuvo que tirar sus tiros abiertos lo hizo sin arrugarse. En la primera fase fue el jugador más utilizado de todo el equipo, con un peso táctico decisivo, incluso en el partido por el bronce. Quiero acordarme también de Oriola, porque el Valencia Basket tiene gran parte de la culpa de su eclosión. Jugó de cuatro, pero por su carácter, por su saber estar, estuvo de maravilla.
¿Le sorprendió la gran temporada del Valencia Basket?
Cuando llevas una trayectoria tan consolidada, de unidad, de cohesión, con esa sensación de solidez tan fuerte... No sorprende. Ahora, cuando llegas a una final con el Madrid siempre son ellos los favoritos. No fue estar bien los diez días de la final, sino estar bien toda la temporada y llegar a la final a un nivel altísimo.
¿El campeón ha llegado para quedarse?
Sin ninguna duda. Hay club, estructura, técnicos, jugadores, afición... El Valencia Basket lo tiene todo. Otra cosa es ganar un título todos los años o llegar a las finales. Esos son retos muy ambiciosos a los que hay que apuntar, pero con humildad y sentido común porque hay otros equipos con los mismos o más medios. El Valencia Basket parte con una ventaja que en el deporte se desprecia: la solidez. Es una realidad consolidada y cada cosa tiene su sitio. Puede haber más o menos talento, pero el equipo acabará compitiendo porque se toman buenas decisiones y se consigue conectar con la ciudad y la afición. Hay una base muy fuerte para estar entre los grandes de España y de Europa.
¿Se notará mucho el cambio en el banquillo?
Pedro Martínez y Txus Vidorreta son entrenadores distintos, desde luego, pero la labor de Pedro ha sido tan buena y la inteligencia de Txus es tan grande... Puedo dar testimonio porque los conozco muy bien. A Pedro desde hace miles de años y a Txus desde hace menos, pero más de cerca. Todo me hace pensar que Vidorreta sabrá mantener el buen trabajo hecho por Pedro Martínez. Además Jaume Ponsarnau, como puente de conexión entre los dos, será un elemento clave para la temporada, enriqueciendo al equipo con su genialidad táctica y su creatividad, que llegará a conformar un resultado final muy interesante.
