Primera victoria del Ontinyent en casa en un encuentro en que los valencianos fueron muy superiores al Olot, pero no mataron el partido y acabaron sufriendo, más por la incerteza del marcador que no por las ocasiones de gol de los catalanes.

El Ontinyent saltó al césped sintético con mucha intensidad en los primeros minutos en busca del gol que rompiera con la ansiedad del casillero a cero en los partidos de casa. Y estuvo a punto de lograrlo tras una buena internada de Tito Malagón cuyo centro se paseó ante la cara de Ginard, pero sin encontrar rematador.

Los centrocampistas del Ontinyent recuperaban el balón con facilidad y creaban mucho peligro en la zona de tres cuartos. A todo ello se unió el recurso local de las jugadas a balón parado de donde partió el veneno ontinyentí. En el minuto 9 Juanan remató abajo un saque de esquina que blocó atento Girard.

Fue el preámbulo del gol del futbolista de l´Olleria, que esta vez sí logró poner el pie con mayor certeza y superar al portero del Olot después de otro córner lanzado desde la banda izquierda.

Trescientos ochenta y nueve minutos disputados de esta temporada y el aficionado local tiraba de pulmón para celebrar la primera diana ontinyentina. Los de Vicente Parras continuaron con el asedio y pudieron ampliar en una jugada combinativa que culminó Tito Malagón con un remate al palo. Tres minutos más tarde llegó la única aproximación visitante con un tiro alto de Marc Mas.

Tras la reanudación el Olot tuvo sus opciones con dos ocasiones de Alfredo y Marc Mas pero, una vez el cuerpo de un defensa local, y en otra una buena mano de Álvaro Campos desbarataron el empate. Un espejismo porque el Ontinyent volvió a apoderarse del control del match. Las mejores ocasiones cayeron de parte del combinado valenciano, que en el minuto 61 vio cómo de nuevo el palo evitaba el segundo gol en un lanzamiento mordido de Rubio. A renglón seguido, Juanan pudo certificar una tarde-noche para enmarcar con un cabezazo que se marchó por encima del larguero.

Los últimos minutos pusieron a prueba la presión arterial de más de uno, pero el fútbol habló de justicia y los tres puntos se quedaron en casa. Día de fiesta para el aficionado ontinyentí.