Con el título de MotoGP por decirise mañana entre Marc Márquez y Andrea Dovizioso, el piloto catalán provocó un «¡uy!» entre los espectadores que ayer poblaron las gradas del Circuit Ricardo Tormo durante la primera jornada de entrenamientos. No pasó de ahí, del susto, pero durante unos segundos más de uno pensó en lo peor. O se imaginó lo que supondría esa caída el domingo, en plena carrera. No hay que olvidar que Márquez necesita quedar entre los 11 primeros para ser campeón. Siempre que Dovizioso, que está a 21 puntos en la clasificación, entre primero en la meta. Si el piloto español se fuese al suelo, la emoción estaría garantizada y la atención se centraría, más que nunca, en la cabeza de carrera. No hay que olvidar que Dani Pedrosa, compañero de Márquez en Honda Repsol, dijo el jueves que su mejor forma de ayudar a su colegada es con una victoria.

Márquez sumó su vigésima sexta caída en lo que va de temporada, al irse por los suelos en la segunda tanda de entrenamientos libres. Cuando ya estaban prácticamente terminados, el catalán se fue al suelo en la curva 2 del trazado valenciano, la llamada curva Doohan, paradójicamente el mismo punto en el que en 2006 el italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) se fue al suelo y perdió sus opciones al título mundial de aquél año frente al estadounidense Nicky Hayden (Repsol Honda RC 211 V).

Márquez, que llegó a liderar la sesión en algún momento, concluyó la misma en la quinta posición, sexto en la combinada de las dos tandas y sin producirse daños de consideración, pues como suele comentar el piloto de Cervera dio más la impresión de estar buscando los límites a que se tratase de un error de pilotaje, si bien en esos momentos peleaba por arañar alguna décima a su registro personal, sin éxito.

El piloto de Repsol Honda acabó por detrás de los españoles Jorge Lorenzo (Ducati Desmosedici GP17) y Dani Pedrosa (Repsol Honda RC 213 V), el italiano Andrea Dovizioso (Ducati Desmosedici GP17) y el francés Johann Zarco (Yamaha YZR M 1), además del italiano Andrea Iannone (Suzuki GSX RR), que fue el más rápido por la mañana.

El mejor tiempo de la jornada fue para el balear Jorge Lorenzo, un auténtico especialista en esta pista, en donde ha ganado en tres ocasiones durante los cuatro últimos años, con apenas una décima de ventaja sobre Dani Pedrosa, quien precisamente ostenta la única victoria que no ha logrado en estas temporadas el actual piloto de Ducati, entonces al manillar de una Yamaha YZR M 1.

En la tercera posición concluyó Andrea Dovizioso, al que sólo le vale ganar en Valencia si quiere tener alguna posibilidad de conseguir su primer título mundial de MotoGP, en un circuito en el que no ha ganado nunca y en el que ayer acabó a tres décimas de segundo de su compañero de equipo. Los milagros, en las motos, existen, como en todo. Pero el título de Dovizioso se presume realmente complicado, muy lejano.

Los minutos finales de los libres resultaron muy intensos y, además de la caída de Marc Márquez, se fueron por los suelos los hermanos Espargaró, Aleix con la Aprilia RS-GP -decimotercero-, y Pol con la KTM RC 16 -décimo-, y el italiano Andrea Iannone con la Suzuki GSX RR, cuarto al término del primer día de entrenamientos.

La atención de la jornada se centró en la lucha entre los pilotos de Ducati y Repsol Honda y no defraudaron, pues ellos fueron los protagonistas principales, con los representantes oficiales de Yamaha, los tercero en discordia, mucho más atrás, puesto que el italiano Valentino Rossi acabó undécimo y Maverick Viñales justo tras él y por delante de Aleix Espargaró, quien todavía tiene su mano izquierda algo inflamada tras la intervención quirúrgica a la que se tuvo que someter tras sufrir un accidente durante los entrenamientos del Gran Premio de Australia.