¿Qué balance hace del Maratón de València?
Hay dos elementos que hacen que sea uno de los mejores de Europa: primero, la participación general, con la llegada a meta de más de 16.000 corredores; segundo, que los 10 primeros clasificados hayan bajado de 2 horas y 10 minutos. Eso es algo extraordinario. Como dice Paco Borao (director de la organización), está entre los mejores del continente, sin duda, por la organización, la participación y la calidad de los corredores.
Borao dice también que las infraestructuras de la ciudad (capacidad hotelera y aeropuerto) limitan el crecimiento de la carrera.
Yo creo que la ciudad está preparada. Es verdad que no podemos competir con Londres, una ciudad de 8 millones de habitantes frente a una de 750.000 como València, en número de alojamientos. Pero la carrera, aquí, puede seguir creciendo. De 2011 a aquí ha dado un salto tremendo y ha pasado de 6.000 a 19.000 corredores. Otra cosa es poner las cosas en su justo límite. Londres, Berlín o Nueva York son enormes, pero podemos estar cerca. Aquí nos faltan más conexiones aéreas, eso está claro. Y no puedes pedir a la gente que venga más espaciada.
Entonces, ¿hasta dónde puede crecer?
Lo único que falta es incrustarse entre las 5 o 6 mejores del mundo, junto a Nueva York, Boston, Chicago, Londres, Berlín y alguna japonesa. Pero en Nueva York, por ejemplo, no puedes conseguir buena marca, ¡eh! En eso estamos en cabeza. Ahora, estamos entre las 10 mejores del mundo y vamos adelantando a otras como París o Roma y, por supuesto, tenemos el mejor maratón de España con diferencia. Podemos superar a las mejores en marcas, pero no en participación. Somos conscientes de que podemos llegar hasta un límite que no está nada mal. Podemos crecer hasta cerca de 25.000 o más. Me comentan los jueces que cada vez es más difícil organizar la prueba porque, a partir de las 4 horas, llegan de 100 en 100 y eso es difícil de controlar.
Entonces, ¿hay cosas que mejorar?
El crecimiento ha sido tan rápido que sólo podemos decir que la organización es perfecta. Todo el mundo que viene está encantado. Siempre hay margen de mejora, pero en calidad estamos en cabeza y tenemos algo exclusivo como una meta espectacular. Y la apuesta por los atletas de élite es muy buena, pues se trae a un buen número de estrellas.
El circuito, ¿es el mejor posible?
Sí, y ese es uno de los motivos por los que viene tanta gente. Es plano y precioso, porque recorre el centro de la ciudad y se produce esa mezcla de la parte histórica con la moderna de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. En España, por ejemplo, nadie nos gana.
¿Qué le dice a esa gente que aún se queja de que el maratón bloquea la ciudad una mañana?
Que, aunque la mentalidad ha cambiado mucho en general, aún hay gente a la que le falta cultura deportiva. Esa gente que aún no lo entiende, cada vez menos numerosa, ha de ver el maratón como un acontecimiento social. Las ciudades también han de organizar estas cosas. No olvidemos que este país se acercó a la práctica del deporte hace 25 años. Si no puedes coger el coche una mañaña, pues te lo arreglas de otra manera. Hay alternativas y se da mucha información.
El récord del mundo, ¿es cuestión de tiempo?
Eso son palabras mayores, pero si se empeñan... Se puede hacer con dinero. Los ingredientes están ahí y algún día caerá. En un día con las condiciones del domingo pasado, se puede hacer.
¿Le gusta que la 10K se celebre de forma paralela al maratón? ¿ No terminará molestando al maratoniano?
Mira, en Santiago de Chile se hace la 10K, el medio maratón y el maratón a la vez. Pero si quieres alcanzar los 25.000 atletas en el maratón de València, va a ser muy complicado mantenerla.
Un maratoniano que se pone a andar a partir del kilómetro 30, por ejemplo, ¿merece ser llamado maratoniano?
Hay un tiempo límite de 5 horas y media por esos motivos. El maratón tiene eso, que el está ahí adentro, quiere terminarlo.
