Ser un niño de origen extranjero y competir en las ligas de fútbol federadas en España son dos conceptos que riñen. Los trámites burocráticos para obtener la ficha son, en muchos casos, interminables. Un laberinto sin salida. Lo sabe bien el No Sólo Fútbol Sagunt, que no ha podido inscribir aún a 8 chavales de padres extranjeros. O la UD Almoines, cuyo equipo prebenjamín fue expulsado de la Liga, con dos partidos ya jugados, porque dos de sus jugadores, ambos guineanos, no habían podido obtener la licencia federativa. Las dificultades para conseguir la licencia son una norma entre niños extranjeros. Para el que lleva menos de 5 años viviendo en España, una pesadilla. Se les exige certificado de nacimiento, de empadronamiento histórico, de estudios y el contrato de trabajo o nómina de, al menos, uno de los dos padres. Un listado de papeles que resulta muchas veces imposible de conseguir. "Se exige una lista de documentos que no se les pide a los niños españoles. La situación es absurda: se piden más documentos para jugar al fútbol que para estudiar", explica Javier Alcaina, abogado y responsable del No Solo Futbol Sagunt.

La FIFA es el origen y el final del problema, generado desde que puso en marcha los derechos de formación, en 2014, para evitar el "tráfico" de futbolistas menores de edad en el fútbol profesional. La FIFA castigó al Madrid, el Barça y el Atlético por irregularidades en los fichajes de menores.

Paradoja: tal legislación ha tenido un efecto bumerán sobre los propios niños, las víctimas de la propia ley, y sobre clubes sin ningún afán competitivo como el No solo Fútbol. "No debe aplicarse la normativa FIFA, sino la Ley del Deporte de la Comunitat Valenciana, que establece la integración social de los más pequeños a través del deporte", añade Alcaina. "No puede ser que un niño tenga derecho a aprobar o a suspender exámenes, pero no a jugar al fútbol", añade.

El sistema Fénix, el documento digital que sirve para tramitar la licencia en la federación valenciana, se ha convertido en un concepto monstruoso para muchos niños. Si detecta que es extranjero, o que nunca ha jugado al fútbol, directamente lo bloquea. Si el joven es extracomunitario, puede que no haya solución. Una vez conseguido todo el papeleo, si se logra, estos empiezan un largo viaje de ida y vuelta que puede durar semanas o meses: València (Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana-Madrid (Federación Española de Fútbol)-Suiza (FIFA)-país de origen del jugador (federación del país de origen)-Suiza-Madrid-València.

"Nuestro alevín de segundo año tiene representadas hasta 7 nacionalidades en un equipo que se compone de 11 miembros, así que es un ejemplo de integración. Pero en el infantil tenemos 5 fichas rechazadas, y ni siquiera nos dan fichas provisionales, como dictan los estatutos de la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana. No podemos cerrar los ojos y seguir permitiendo un juego absolutamente discriminatorio", explica Alcaina. "No puede tener prioridad la FIFA en este asunto. El Consejo Superior de Deportes (CSD), además, autoriza a jugar al fútbol sólo con el requisito de estar residiendo legalmente en España", añade. Cuestiones que están por debajo, en todo caso, de los Derechos del Niño, que declara que «el niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho».

El problema afecta a también a niños comunitarios. Álex y Rumi, búlgaros, llevan 6 años estudiando en España. Lo mismo ocurre con Ángelo, un italiano del mismo equipo furioso con su madre porque la considera incapaz de haber resuelto el papeleo. En realidad, no entiende por qué resulta imposible que alguien le impida calzarse las botas los sábados por la mañana. O por qué el Consell, responsable máximo de la integración de los niños en la Comunitat Valenciana, siga sin resolver un problema tan grave. Un ejercicio de discriminación cruel que alguien debe dar solución por el bien de niños que se educan en la Comunitat.