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La fantasía

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O s voy a contar un secreto: todos los defensas fallan. Todos cometemos errores: yo solía afirmar muy convencido que Bojan era la mezcla perfecta entre lo bueno de Butragueño y lo bueno de Raúl. Todos cometemos errores, pero la vida es generosa con las segundas oportunidades. En el penúltimo curso del colegio me compré el disco de Amistades Peligrosas y aun así la vida me dio otra oportunidad, pero el año siguiente me compré el de Ella Baila Sola, doblando la equivocación. Todavía no me he repuesto.

Ojalá una aplicación que te avise cada vez que haya una tangana durante un partido en la tele. Ojalá ser el hijo de Menudo, el futbolista de la Ponferradina, para poder decir ´Menudo es mi padre´. Ojalá ser entrenador para llevar una cesta con huevos al banquillo y tirarlos al campo cuando la gente cante ´échale huevos´. En el fútbol todo se soluciona con un par de huevos, como las recenas en el pueblo, y de pueblo es también el grupo que nos ha tocado en el Mundial. España, Portugal y Marruecos: es la majestuosa e inigualable Copa del Mundo pero parece el torneo de futbito de las fiestas patronales, que en todos los partidos te enfrentas a algún primo.

Ojalá todo fuera tan fácil como los análisis previos al Mundial. Los africanos tienen ´físico´, los asiáticos son ´veloces´ y a los sudamericanos les sobra ´oficio´. Ojalá todo importara tan poco como los análisis previos al Mundial.

?En Mestalla cantaron la semana pasada lo de ´échale huevos´, y es normal, pero a mí eso me da bastante rabia siempre. Con los tifos pasa lo mismo, todo es relativo a la épica, a lo bélico, a la gloria. A menudo en el fútbol nos pasamos de intensitos y se olvida lo básico: al campo vamos a ver un puto partido. Ningún equipo juega para salvar el honor de la patria, ni para honrar la memoria de nuestros abuelos, ni para rescatar nuestras vidas de la mierda. En el mejor de los casos, con suerte, ganarán un puto partido de fútbol. Para cuándo tifos con instrucciones para defender la pelota parada, para cuándo cánticos con consejos tácticos para el entrenador. Para nunca. Era una pregunta retórica.

?Todos cometemos errores. Yo incluso pensé en algún momento que dedicarme al periodismo deportivo era una buena idea. Cuidado con los Mundiales. Si España no hubiera ganado a Dinamarca en 1993, yo no hubiera caído en la marmita del periodismo y del fútbol en USA´94, y quizá ahora tendría una vida respetable. Lo cuento por si lo leen Clemente, Hierro, Bakero o Cañizares, a ver si pueden vivir en paz con tales remordimientos. Tampoco me he repuesto de aquello, por supuesto. En la previa de Francia´98 colgué una cartulina roja y grande en mi cuarto, la llené de 150 números y cada noche tachaba uno, en la cuenta atrás hasta el partido inaugural. En casa estaban levantando los suelos y los obreros se reían de mí, los cabrones. Al menos era por el fútbol y no por el disco de Ella Baila Sola, que ya estaba en la basura.

Luego llegó el Mundial de Francia y mira. El primer partido de España me lo perdí porque tenía comida de equipo, que así iba el equipo. Para ver el segundo tuve que renunciar a la excursión de fin de curso, porque era el mismo día. Para el tercero ya no había casi opciones. Evidentemente latía ahí una lección importante, pero yo no aprendí ninguna. Si acaso que el Mundial en realidad son cuatro días. Luego te vas cansando y a veces no ves ni la final, pero eso qué importa. Importa darlo todo en un Uruguay-Egipto de primera fase. Importa manosear el álbum, desgastar el calendario de tanto mirarlo. Importa lo que nos da el balón y la previa: vivir en la fantasía.

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