El Valencia Basket regresó ayer de Tel Aviv con una derrota, la séptima consecutiva en la Euroliga, pero con la agradable sensación de pisar el suelo valenciano. El clima de creciente tensión que se vive en Israel no ha cogido de pleno a la expedición «taronja», pero sí que llegó a despertar la lógica preocupación. Las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las que reconocía a Jerusalén como capital de Israel, el pasado jueves, provocaron un llamamiento a la tercera Intifada por parte de Hamás. El hotel del Valencia Basket, situado a muy pocos metros de la embajada norteamericana, vio cómo esta reforzaba las medidas de seguridad, aunque la situación en la ciudad no llegó a militarizarse durante las horas del partido. Con la plantilla viajaron el propietario, Juan Roig y su mujer, Hortensia.
El equipo que entrena Txus Vidorreta se mide mañana al Estudiantes, en Madrid.