Lo del Ontinyent CF es como el milagro de los panes y los peces. O algo parecido. El equipo valenciano, que logró contra todo pronóstico el ascenso a Segunda B la pasada temporada tras un milagroso triunfo a domicilio ante el Alavés B, es la revelación de la Liga. En una categoría con históricos rivales de la talla del Mallorca, Elche o Hércules, todos ellos han pasado por Primera división, los de El Clariano ocupan la cuarta posición -que da derecho a jugar la promoción de ascenso-, con una plantilla en la que figuran hasta 22 nuevos futbolistas. Entre ellos, el centrocampista Joshua Meaker, el hijo del nuevo propietario del club.

Porque, además de contar con un equipo completamente distinto al del año pasado, también el entrenador, Vicente Parras, se estrena en el banquillo tras acompañar a Vicente Mir en el Elche el curso pasado. El club, a su vez, cambió de dueño y pasó a manos del australiano Rodney Meaker.

Este empresario, cuya única conexión con el mundo del fútbol es su amistad con los actuales propietarios de Leganés (de hecho su hijo jugaba en el filial madrileño), se metió en la cabeza que el ascenso a Segunda división era posible, pese a que el equipo estrenaba categoría, y en ello anda metido de lleno. En la actualidad, Adrián Márquez, su hombre de confianza, ejerce como presidente del consejo de administración de un club convertido en SAD y que busca hacer un nuevo campo de fútbol para una afición completamente entregada.

El Ontinyent, que no ocupaba plaza de promoción de ascenso desde la temporada 2011-2012, no quiere tropezar con la misma piedra que en la campaña 2009-2010, en la que perdió en la final de la promoción de ascenso a Segunda contra el Alcorcón y el club cayó en una dramática situación económica y deportiva.

Aquella eliminatoria fue algo más que un partido. El Ontinyent eliminó de manera brillante al Guadalajara y al Eibar, y se plantó en la ronda final frente al Alcorcón. En El Clariano el resultado fue de empate 1-1. En la vuelta, el Ontinyent ganaba 0-2 al descanso. El Alcorcón remontó de manera escandalosa en el último minuto del partido. Y el club ya no levantó cabeza.

En junio de este año, el equipo consiguió el ascenso de Tercera a Segunda B ante el Alavés B en la tanda de penaltis tras un partido en el que el portero suplente Iván Vallés se erigió como el héroe del encuentro, ya que suplía al portero titular, Raúl Poveda, que acaba de contraer matrimonio. Este año, y al igual que 22 compañeros que ya no siguen en la plantilla, el héroe Vallés tomó las de Villadiego y se fue cedido al CF Muro. Nadie confiaba en que meses después, una plantilla nueva y un club nuevo volverían a dar que hablar.