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Sin fútbol por Navidad

¿Qué fue de la selección valenciana?

La falta de interés de los jugadores y sus clubes, unido a la ausencia de patrocinadores, provocó que el último partido se disputara en el año 2006

¿Qué fue de la selección valenciana?

La selección valenciana de fútbol quedó enterrada en el más profundo de los olvidos hace ahora 11 años. La falta de interés de los jugadores profesionales, de sus clubes, y la ausencia de patrocinadores, hizo que la aventura del equipo de los valencianos pusiera su punto final en el año 2006 con un encuentro ante Perú que se disputó en el estadio Martínez Valero de Elx.

Al igual que sucedía con otras selecciones autonómicas senior, como la de Catalunya o Euskadi, la valenciana volvía a casa por Navidad para disputar un encuentro amistoso de carácter simbólico que empezó siendo de rivalidad contra otros equipos como el de Aragón, por ejemplo, y que evolucionó traspasando fronteras más lejanas para medirse a rivales de mayor empaque.

De hecho, la selección valenciana venció en el año 2001 a Lituania (4-1), perdió en el año 2002 ante Serbia y Montenegro (1-2); en 2003 se impuso por Camerún (2-1) y su última derrota se produjo en 2004 frente a la Bulgaria de Hristo Stoichkov (1-2). En el año 2005, venció en el estadio de Mestalla a Colombia (2-1) y disputó su último encuentro ante Perú (3-1) en el Martínez Valero de Elx. Esa fue su última aventura.

Según explicaban a este periódico fuentes federativas, desde entonces ha sido imposible volver a poner en marcha el proyecto de selección valenciana. Cualquier iniciativa ha resultado fallida. El motivo era la falta de tirón. El partido no enganchaba ni a los protagonistas ni a los aficionados al fútbol. Ni tampoco a los valencianos. Así de crudo.

Desde la Federación se intentaba año tras año darle al botón de arranque, pero siempre había un problema de fechas y nunca se lograba la positiva respuesta de los clubes ni de los futbolistas profesionales, que optaban esos días por descansar de la competición oficial, pasar las navidades con sus familias, y procurar no lesionarse si les tocaba jugar estos partidos. Nadie se emocionaba. A los clubes tampoco les hacía mucha gracia ceder el estadio y dejar a sus mejores jugadores para un partido que, pese a no ser oficial, conllevaba un riesgo. Pero siempre se accedía, los futbolistas ponían de su parte, y se disputaban estos partidos generalmente el día 28 o el 29 de diciembre.

Fue esa falta de apoyos global de la que hemos hablado la que enterró a la Selección valenciana en el año 2006. La Federación se encontró sin las ayudas de la Generalitat Valenciana ni de Canal Nou, principal patrocinador del encuentro al aportar 120.000 euros para el partido, porque sus delicadas arcas no lo permitían. Tampoco, y según el ente televisivo de entonces, se lograba la respuesta esperada con unos shares del 1 %. Y para redondear la desfeta, el público no demostraba un excesivo interés en estos partidos ya que nunca se registró unas entradas superiores a las 8.000 personas en el estadio.

A diferencia de las selecciones de Cataluña y Euskadi, cuya vertiente sociopolítica es bien distinta, tampoco la Selección valenciana de fútbol encontró líderes como Piqué o Aduriz, por ejemplo, que alentaran y se implicaran para que estos partidos se jugaran. Más bien todo lo contrario. A los profesionales les costaba porque la disputa del partido implicaba estar pendiente durante dos días y medio, tiempo que duraba la concentración previa, un entrenamiento, el partido en sí y la posterior jornada de almuerzo-despedida. Se prefería descansar.

Y no será por falta de jugadores profesionales para nutrir la Selección valenciana. Porque casi un centenar de futbolistas nacidos en la Comunitat poblan la elite. Entre Primera y Segunda División, además de las ligas más potentes de Europa, hay un total de 95 futbolistas. No se trata del caladero del Valencia CF, Levante UD y Villarreal, sino que hay valencianos en el Barça (Alcácer) o Atlético (Juanfran y Saúl), y en Ligas y equipos tan potentes como la italiana en la que juega Raúl Albiol (Nápoles), la inglesa de Iborra (Leicester), la alemana con Juan Bernat (Bayern), la portuguesa con Grimaldo (Benfica) o la turca de Soldado (Fenerbahçe).

Contrario a la creencia popular, pese a lo que las campañas publicitarias de los clubes digan, y lo que el presidente del Levante UD, Quico Catalán, asegure, lo bien cierto es que esta temporada el Valencia CF es el equipo de los valencianos. Y no el Levante UD. Es una cuestión de cifras. De datos objetivos. La reestructuración de la plantilla de Mestalla, echando mano de sus canteranos para reforzar el grupo de Marcelino, permite contar con que hasta 9 jugadores de la tierra: Jaume, Gayà, Lato, Javi Jiménez, Nacho Vidal, Nacho Gil, Rober Ibáñez, Carlos Soler y Ferran Torres. En la plantilla del Levante UD, Muñiz solo cuenta con cuatro futbolistas valencianos: Pedro López, Iván López, Toño García y Roger Martí.

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