El Valencia Basket consiguió anoche una nueva victoria en la Euroliga, la enésima demostración de ese gen competitivo y luchador que tantas alegrías le ha dado frente a la adversidad. Con una rotación de apenas nueve hombres, el conjunto «taronja» superó a un Barcelona, que pese a no estar en su mejor momento, supera notablemente en el aspecto presupuestario el proyecto de los valencianos. Sin perder la cara al partido, sabiendo sufrir cuando tocaba, y con los gestos de raza de jugadores con peso en el vestuario como Rafa Martínez o Dubljevic, el plantel de Vidorreta mantiene viva la llama de la Euroliga y, sobre todo, se regala un triunfo balsámico sobre el que impulsarse. La Fonteta fue justa con Oriola, quien fue recibido con aplausos en su primer reencuentro con la afición «taronja».

El Valencia Basket tuvo un buen arranque del partido, jugando con mucha seriedad. Van Rossom manejó a la perfección al equipo siendo superior a Pressey y esto redundó en un juego fluido para los «taronja», con una selección de tiro óptima y una defensa lo suficientemente agresiva para llegar al final del primer cuarto con una renta interesante (22-14).

Aparición de Navarro

El segundo período modificó su guión. El Barcelona Con un ataque algo estático, una técnica a Tomic, que se disparó a las cuatro faltas personales, trastocó los planes de Sito Alonso y la mentalidad de los catalanes, que perdieron el rumbo del choque. El cuadro de Vidorreta, con Doornekamp y la entrada en escena de Rafa Martínez, Dubljevic y Abalde, se disparó en el electrónico para lograr su máxima renta hasta ese momento (41-31). Un triple de Heurtel, el jugador más entonado del Barcelona en la primera mitad, y una acción de Vezenkov redujeron la renta «taronja» al finalizar la primera mitad (43-36).

El partido se comprimió tras el paso por los vestuarios. El Barcelona aprovechó el bajón físico de los «taronja» con una rotación inferior para estrechar el cerco al final del tercer cuarto (62-59). El último período recordó épocas recientes en la Fonteta. Rafa Martínez espoleó a la grada, sabedor de que era un momento clave y que la afición debía ser el respaldo en un momento complejo. Ese ambiente animoso espoleó a los valencianos, quienes se encomendaron a Dubljevic para poner tierra de por medio (75-66). El Barcelona, con triples y una decisiones arbitrales rigurosas, metieron el miedo en el cuerpo (75-72).

El Valencia Basket no se descompuso. Era su noche y no estaba dispuesto a hincar la rodilla en una Euroliga que ha sido hasta el momento cruel en algunos momentos. La frialdad en el tiro libre, con un inmaculado 21 de 21, y la sangre fría sirvió para poder ganar. La Fonteta lo celebró. Una batalla para seguir todavía creyendo.