El árbitro Jorge Belda fue protagonista del partido del pasado domingo entre el Sedaví y el Don Bosco, de categoría cadete, y no por su actuación sobre el juego. El colegiado salvó la vida de un futbolista local, que se había quedado en el suelo inconsciente, y con convulsiones, tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza en una acción fortuíta. Tal como informó Esportbase.es, la tragedia sobrevoló por unos minutos el Polideportivo Municipal de Sedaví, donde un silencio helado recorrió la grada, abarrotada de padres y aficionados. Entre ellos, los del joven accidentado, así como varios hermanos suyos. Los dos equipos se están jugando el ascenso. Todo acabó bien.

El susto llegó en la recta final del partido, en el descuento. El central local Iván Cebrián saltó a la disputa de un balón. «Era la última jugada del partido, saltó y cayó de media voltereta, con todo el peso de su cuerpo sobre el cuello. Empezó a convulsionar, se iba poniendo morado y el árbitro actuó rápidamente: le metió la mano en la boca y le sacó la lengua. Luego fueron en su ayuda los técnicos de los dos equipos y una enfermera que había en la grada. Pasaron 10 minutos hasta que volvió la tranquilidad», explica el presidente del Sedaví CF, José Antonio Compañ.

Una vez el colegiado consiguió liberar sus vías respiratorias de la lengua, uno de los primeros técnicos en llegar le colocó en la boca una cartera de cuero que llevaba en la chaqueta, para que pudiese entrar aire y evitar mordiscos. Ya rodeado de cuatro personas, uno de los entrenadores pudo colocarle al herido un tubo de Guedel para asegurar la correcta circulación del aire.

Compañ reflexiona sobre lo que había podido ocurrir y sobre lo que hay que hacer para evitar una tragedia. «Los entrenadores reciben cursillos, pero no tienen práctica y pueden quedarse bloqueados al hacer esta maniobra. Tenemos que hablar con los ayuntamientos y pedir que haya un médico en todos los partidos de deporte base», explica Compañ, que recuerda que el Sedaví CF fue de las primeras escuelas en «adquirir» un desfibrilador, un elemento vital en caso de paradas cardiorrespiratorias. Ahora van a renovarlo por uno automático.

Gabi, el salvavidas de Requena

No es la primera vez, ni la última, que alguien evita la muerte de un jugador en el fútbol regional o base gracias a sus conocimientos para sacar la lengua del fondo de la gartanta. El año pasado, sin ir más lejos, el masajista del Requena, Gabriel Gómez «Gabi», salvó la vida del delantero del CD Serranos David Giménez, durante un encuentro de Preferente. Gabi ya había realizado la misma maniobra en ocasiones anterioires. «Es la sexta vez que me ha ocurrido. No sé por qué, pero la vida me ha puesto ahí», explicó. A David le quedaron, duranta unos días, las huellas de un combate corto, pero intenso: varios puntos en el labio inferior y llagas hasta en el esófago. A Gabi, como a José Belda en Sedavía, le costó separar los dientes. «Al estar inconsciente, es difícil, porque el músculo de la mandíbula es el más fuerte del cuerpo. Tienes que apretar fuerte bajo las orejas y tratar de meter un par de dedos, mientras con la otra mano buscas las lengua con el dedo corazón, que es el más largo. Creía que me cortaba un dedo, pero hubiese seguido adelante», explicó.