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Entrevista

Vicente Villanueva: "La lengua no se puede tragar, es un mito"

A raíz del golpe que sufrió un futbolista cadete del Sedaví el domingo, los expertos aclaran cómo actuar: no hay que abrir la boca del paciente, porque la posición de la lengua no tiene ninguna trascendencia

Vicente Villanueva: "La lengua no se puede tragar, es un mito"

P De un golpe, ¿uno se puede tragar la lengua?

R No, es un mito que pervive y pervive. La lengua no se puede tragar. Las convulsiones y la contracción de la mandíbula son de origen neurológico, por el mismo golpe.

P Entonces, cuando alguien sufre convulsiones tras un impacto, ¿no hay que abrirle la boca para buscar la lengua y colocarla en su sitio?

R En absoluto. La lengua vuelve a su posición natural cuando ha pasado la crisis epiléptica. Es un músculo. Lo que le sucede a un deportista, o a cualquiera, cuando se queda en el suelo sin conocimiento y con convulsiones, es, habitualmente, un tipo de crisis epiléptica, porque el cerebro se queda aturdido. Y las crisis epilépticas tienen una duración. Cuando terminan, lo normal es que el paciente se recupere. Durante la crisis, que saquemos o no la lengua no va a cambiar nada. Como mucho, se la puede morder.

P Pongámonos en una situación como la del fin de semana pasado en Sedaví. El chaval se queda inconsciente en el suelo y empieza a convulsionar. ¿Cómo hay que actuar?

R Lo primero, mantener la calma, porque habitualmente todo el mundo se pone nervioso. Después, asegurarse de que el paciente está en una superficie lisa, quitar cualquier cosa que haya alrededor con la que se pueda golpear y dejar que pasen la crisis, sin cogerlos de los hombros ni nada porque se podría luxar. Normalmente, la mandíbula se contrae. No hay que intentar abrirla. De la tensión, se queda contraída y ahí no se puede hacer nada. Intentar abrirla es un error, porque puedes dañar la mandíbula o romper dientes. Una vez ha pasado la crisis, que dura entre 30 segundos y 1 minuto y medio, como mucho, se sitúa al paciente de lado. La boca se abre cuando termina la crisis, entonces hay que asegurarse de que respira adecuadamente, ver que la vía aérea está libre de vómitos o secreciones. Pero, insisto, durante crisis lo mejor es esperar a que ceda.

P Desde la ignorancia. ¿Por qué esa obsesión en buscar la lengua a toda costa?

R Como he dicho, es un mito. Pero es un mito peligroso. Debe quedar claro que la mandíbula deja de contraerse pasado un momento y la lengua, en caso de obstruir parcialmente la respiración, vuelve a su posición. Nosotros, en la Unidad de Epilepsia de la Fe, atendemos cada semana muchas crisis, incluso las provocamos para estudiarlas mejor, y nunca metemos nada en la boca. Yo no he visto a ningún paciente ahogarse con la lengua.

P Sin embargo, cuando esto sucede en el fútbol profesional, el médico del equipo sí que abre la boca y coloca el tubo de Guedel (tubito para asegurar el paso de aire) en la boca.

R Eso lo hacen cuando no tiene la mandíbula contraída. Pero la suelen poner después de la crisis, para asegurar la respiración. Sacar la lengua no cambia el pronóstico.

P¿La conclusión es que estas situaciones, en realidad, no son tan graves?

R Todo depende del golpe. El cerebro lo regula todo y podría producirse una parada cardiorrespiratoria, pero lo habitual es que una vez se supere la crisis, el paciente se recupere, que es lo que pasa la mayoría de las veces.

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