Un inmenso San Emeterio lideró una cómoda victoria del Valencia Basket, que se desquitó de los últimos reveses sufridos ante el Gran Canaria y el Baskonia. Precisamente, el cántabro abandonó el partido con molestias en su tobillo y sufre un esguince doble. A falta de las pruebas a las que será sometido hoy, el alero será baja el jueves en Belgrado. El triunfo ratifica al conjunto valenciano en la lucha por la segunda plaza, aunque con algunas sombras. Williams sigue evidenciando falta de ritmo y de actitud, mientras que en los bases, Abalde, sin serlo, fue el mejor. Vives y Sergi García siguen muy lejos del nivel que pueden dar. Aspirar a cosas importantes en la temporada obliga a mejorar mucho en los dos meses que restan de competición.

El partido comenzó con una gran acierto exterior por parte de los dos equipos y una defensa con muy poca intensidad. El Bilbao Basket se vio beneficiado para conseguir marcar las primeras diferencias en el electrónico tras un triple de Todorovic (11-14). Alertado por la desventaja, mejoró el Valencia Basket, que, con una mayor calidad, infligió un duro parcial de 16-0 a los bilbaínos (27-14).

La aparición de «Saneme»

Con la sensación de juego anodino en la Fonteta, San Emeterio asumió de manera descarada el referente en los taronja para volver a estirar la ventaja del Valencia Basket al descanso (41-32). El tercer cuarto sentenció el choque. El cuadro de Vidorreta pisó el acelerador y con un dominio total en la pintura de Dubljevic y Pleiss, unido a la explosión de Abalde y la continuidad de San Emeterio, el partido quedó cerrado con todavía un período pendiente por jugar (70-49). Los últimos diez minutos fueron de mero trámite. Los bilbaínos, ni tan solo pudieron maquillar su mala imagen, y el Valencia Basket tampoco quiso ahondar más en la herida.