Juan Carlos Ferrero se convirtió en un héroe nacional de la noche a la mañana. Un joven tímido de apenas 20 años le dio a España el punto necesario para ganar la Copa Davis en 2000 en un épico partido ante el australiano Lleyton Hewitt.
P ¿Cómo ve la eliminatoria ante Alemania?
R Siempre que jugamos en casa somos bastante favoritos y más jugando en tierra contra un equipo como Alemania, que en teoria es mucho más especialista en pistas rápidas. Creo que vendrán con respeto, aunque tienen gente muy importante como Zverev, un tenista muy ambicioso y que sale a ganar todos los partidos. Se defiende bastante bien en tierra. Creo que estará muy motivado. Tienen jugadores peligrosos y habrá que estar atentos.
P Usted jugó cinco finales de la Copa Davis y logró tres títulos. ¿Qué recuerdos tiene?
R Cada una la viví de forma diferente por las circunstancias. La primera fue el año de mi debut en el equipo de Copa Davis y fue difícil y con muchos nervios. Fueron eliminatorias con mucha presión y la final es muy bonita desde fuera, pero desde dentro se vive con mucha tensión. La segunda, al haber ganado la primera, no tuvimos la misma presión por las ganas que había de ganar una final. Las otras son diferentes porque ya tienes más experiencia al haber vivido situaciones complicadas.
P Fue el héroe de la Ensaladera lograda en el año 2000, la primera ganada por España. ¿Cómo lo vivió?
R De manera un poco inconsciente. Tenía 20 años y salí con mucha ambición, sabía que eran partidos muy importantes y con el paso del tiempo te das cuenta de lo trascendentales que fueron porque en ese momento vives la eliminatoria desde dentro y eres un poco ajeno. No tenía mucha experiencia aunque en ese momento yo ya era el número 12 del mundo y había vivido ciertas situaciones difíciles dentro de una pista. Me tuve que enfrentar a jugadores muy importantes como Patrick Rafter y Lleyton Hewitt.
P Vaya responsabilidad, punto decisivo y ante Hewitt...
R Fue difícil porque Hewitt venía de ganar a Albert Costa, había jugado muy bien y sabía que iba a ser un partido muy complicado y así fue. Un partido largo, aunque de cuatro sets, y recuerdo llegar al final con mucha tensión acumulada y mucho cansancio físico. El enfrentamiento tuvo mucho nivel, conseguí sacar lo mejor de mí y tuve la suerte de poder ganar y lograr la Ensaladera.
P ¿En ese momento qué se le pasa por la cabeza a un joven de 20 años?
R Como decía, no eres consciente de lo que has hecho. En ese momento solo piensas en hacer bien las cosas, en sacar adelante el partido y no te paras a pensar en lo que puede traer después. Entré en la pista muy nervioso pero sabiendo que si luchaba y lo daba todo tenía muchas posibilidades de ganar. Y salió bien.
P ¿Es verdad que le daba algo de vergüenza salir a la calle en Ontinyent porque la gente le felicitaba por su decisivo papel en la final?
R Es que la vida me cambió mucho (ríe). Yo era un jugador que en aquel año 2.000 todavía me estaba dando a conocer aunque ya había disputado otras eliminatorias Rusia y Estados Unidos. Habían sido partidos importantes y notaba que la gente comenzaba a saber quién era Ferrero, pero lo de la final fue algo brutal y el cambio fue drástico. La gente se echó a la calle para celebrarlo y Ontinyent es pequeño y todo el mundo me paraba para felicitarme, para pedirme fotos, autógrafos€ Me costó asimilarlo porque pasé de tener una vida muy tranquila a ser un personaje público de primera dimensión.
P ¿Qué es lo más importante en este tipo de eliminatorias, lo anímico, lo psicológico, lo físico€?
R Todo, porque para empezar los partidos son al mejor de cinco sets, con lo que en tres días te puedes pegar dos partidos muy largos y físicamente has de estar bien porque no hay mucho tiempo para recuperarte de un esfuerzo tan grande. Pero a nivel mental hay que estar muy preparado porque las eliminatorias de la Copa Davis son de mucha tensión y si te das cuenta no sueles jugar los mejores partidos por esa presión y hay jugadores que valen para este tipo de enfrentamientos y otros que no. A mí me gustaba mucho ese tipo de competición porque la Davis es muy física y muy mental y hay que saber conllevarla con el circuito profesional.
P ¿Es un respiro para el equipo español poder contar con el concurso de Rafa Nadal en esta eliminatoria?
R Es un jugador muy importante para el equipo español, es obvio. Pero lo sería para Estados Unidos o para China. Es un tenista básico y lo ha demostrado, pero aunque no hubiera estado también tendríamos un muy buen equipo con muchas posibilidades de ganar a Alemania.
P ¿Cómo ve a Roberto Bautista?
R Bautista ya hizo una temporada muy buena el año pasado y está cogiendo experiencia en Copa Davis y cada vez va a ir a más. Jugar en València es un plus de motivación extra, pero a la vez supone un añadido de tensión porque cuando juegas ante tu gente siempre quieres hacerlo bien y eso te puede traicionar.
P David Ferrer puede aportar experiencia aunque no juegue, hacer grupo€
R Claro. Él ha jugado partidos muy importantes en su dilatada carrera y seguramente encara este tipo de duelos de manera distinta a como lo haga Bautista porque tiene mucha experiencia, pero el castellonense ya ha ganado dos torneos este años y viene fuerte.
P Usted ha ganado un Roland Garros y tres finales de la Copa Davis, ¿las sensaciones son diferentes?
R Se pueden comparar por la alegría que generan pero son competiciones diferentes. El tenis es un deporte muy individual, siempre estás jugando solo y tienes que solucionarte los problemas por tí mismo, pero la Copa Davis es diferente: siempre tienes un capitán, tus compañeros están en el banquillo y al jugar en equipo un fallo tuyo lo puede enmendar otro jugador. Además tu capitán te puede corregir errores o darte un consejo.
P Declinó el ofrecimiento para ser el capitán español de Copa Davis porque quería seguir entrenando a Zverev y meses más tarde rompe con el tenista alemán. Si lo llega a saber antes dice sí a la propuesta de la Federación Española de Tenis€
R El futuro nunca lo puedes adivinar. Romper con Zverev es algo que ha pasado, pero no tenía ni idea de que fuera a ocurrir. No fue un error mi decisión porque entrenar a Zverev ha sido una experiencia muy importante para mí y ser capitán de Copa Davis es algo que llegará en un futuro. Desde luego que no me arrepiento de nada.
P Ahora se verán las caras en València. ¿Se hablarán?
R Pues claro, no pasa nada. Nosotros no hemos acabado mal ni mucho menos. Le saludaré cordialmente porque he trabajado con Zverev más de medio año, se ha acabado la relación profesional y no hay más problema.
P Le tachó de demasiado exigente y usted le aconsejó que tuviera más disciplina€
R El dijo lo que pensaba y yo hice lo mismo, pero fueron solo dos frases y ahí acabó todo.
