Cientos de kilómetros son los que separan Málaga de Teruel, pero no los suficientes como para impedir que este pasado jueves al finalizar del entrenamiento cogiera el coche y me decidiese a conducir durante horas para poder pasar el fin de semana junto a los míos sabiendo que iba a ser el último que podría aprovechar para cargar la batería en el tramo final de la temporada, el cual nos lo jugamos todo en poco más de un mes.

Llegar a las tantas de la madrugada y tener a tu familia esperándote para darte el abrazo que tanto se echa de menos cuando estás lejos, había valido la pena, ese sentimiento recarga de energía positiva y fuerza para afrontar lo que viene.

Los compromisos internacionales de la selección española de vez en cuando nos permiten disfrutar de algún fin de semana sin competición liguera, aprovechando estos para desconectar y realizar actividades que no podríamos llevar a cabo de haber tenido partido. Tener dos lías libres significa que haya compañeras que aprovechen para coger coche o avión e irse a casa, otras que dedican más tiempo a estudiar, quienes salen a cenar sin miedo al madrugón del día siguiente o quien simplemente descansar para recuperar las fuerzas gastadas entre semana.

Pero dicho parón en este caso era causado por haber terminado la liga regular y estar en camino los ansiados play off en los que tan solo dos de los siete que participan ascenderán el año a Liga Iberdrola.

La fase de ascenso repite formato del año anterior: un grupo de tres equipos (Málaga CF, CD Femarguin y SPA Alicante) en el que los equipos nos enfrentaremos entre sí en partidos de ida y vuelta siendo el que más puntos consiga el que ascienda de forma automática, y otro de cuatro (EDF Logroño, R. Oviedo Moderno, CE Seagull y CD Tacón) donde se jugarán dos semifinales (ida y vuelta) y una final (ida y vuelta).

Para mí hay tres pilares básicos que fundan mi felicidad; deporte, amigos y familia. No obstante el deporte, y el fútbol concretamente, significa renunciar al tiempo libre y dedicarse a seguir un horario estricto. En estos momentos debo estar apunto de llegar a Málaga después de conducir varias horas, con la radio o la música sonando por los altavoces. Mi mente en cambio, como si estuviera en un bucle solo está concentrada en los entrenamientos que tenemos por delante y el partido del domingo a las 17 horas en casa.

La afición del Málaga CF es admirable, día tras día me han dejado sin palabras, boquiabierta. Desde que llegué aquí he ido a todos los partidos que he podido a La Rosaleda y no he visto otra hinchada que anime igual, desde que empieza hasta que termina el encuentro, con esa pasión y sentimiento. Este fin de semana tienen doble cita el domingo; por la mañana os necesitan ellos, y por la tarde nosotras. ¡Sigamos demostrando que esta es la mejor afición del mundo!