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Entrevista

Dolores Escamilla: "Juan Roig salvó el baloncesto femenino en el 77 con un talón para el cadete del CB Godella"

La expresidenta del CB Godella recuerda cómo el empresario salvó de la desaparición al germen del actual Valencia Basket femenino

Dolores Escamilla MIGUEL ANGEL MONTESINOS

El tiempo no ha atemperado la la energía, ni la socarronería, de Dolores Escamilla (València, 1940), el alma mater del baloncesto femenino valenciano, una de las mujeres que más ha hecho por el deporte de mujeres en la Comunitat Valenciana. Hoy vive ya retirada del ruido en su casa del camino viejo de Godella, orgullosa de su huerto de apio, pero no pierde detalle de la información de nuestras deportistas. Está exultante con el ascenso del Valencia Basket Femenino a la Liga Dia, el heredero del CB Godella, el club al que Escamilla impulsó con su descaro a la hora de encontrar patrocinadores y coronarlo como el mejor equipo de Europa. Pero Escamilla no quiere ningún protagonismo en este reportaje. No es el motivo de la conversación. Quería sacar del cajón un episodio de la historia del basket femenino valenciano, 41 años después. Un hecho inédito que resultó crucial en la historia del deporte valenciano.

«Yo sólo quiero que se sepa que Juan Roig salvó al CB Godella en 1977, cuando era un empresario desconocido», explica. Entonces, el club no era más que la cantera del Colegio Sagrado Corazón de Jesús, cuya figura se perfila perfectamente desde su casa. «Nuestro equipo mayor era el cadete y, tras ser campeón de su sector, tenía que jugar la fase de ascenso en Navalmoral de la Mata. Pero no teníamos dinero ni para el viaje», recuerda. «Así que con mi jeta me fui a Cárnicas Roig y pedí ayuda a Juan. Le dije: 'mira a vore si pots ajudar a estes xiquetes, que han de jugar l'ascens'. En unos minutos, Roig le estaba diciendo a su secretaria: 'Fes-li un taló a Lola», explica Escamilla, que salió por la puerta de Cárnicas Roig con una sonrisa y un cheque 220.000 pesetas en la mano. Caprichos del destino, Roig asumiría en 2014 la cantera del Ros Casares, antiguo CB Godella, un vivero con un futuro asegurado tras la construcción de L'Alqueria. Su apuesta por la sección femenina del Valencia Basket quedó confirmada el domingo: ya tiene al primer equipo en la máxima categoría.

«A otro le podría haber dado igual, pero en ese momento Juan Roig mostró su sensibilidad. Él puso el dinero para que el baloncesto femenino no se muriera. Es tan importante aquello que hizo, en el anonimato como todo lo que está invirtiendo ahora en el basket. O más», subraya Escamilla. «Esa ayuda fue lo que nos permitió subir y y subir hasta ser, años más tarde, campeonas de Europa», añade.

Aquel equipo cadete subió de categoría. A los 3 años, se proclamó campeón de España juvenil y en la temporada 83-84 consiguió el ascenso a liga nacional. «Ahí conseguimos el patrocinio de Caixa Valencia, pero necesitábamos más, porque estábamos creciendo mucho». Entonces, la presidenta del club decidió visitar otro despacho, esta vez en Madrid, en 1989. «Vi que Dorna era una empresa que apostaba por el deporte y llamé a su presidente, José Manuel Guimaraens. Me invitó a visitarle. Yo creo que pensaría: 'Esta mujer está loca, pero que se venga'». A los pocos días, Escamilla estaba en Madrid con Pepa Blasco, la secretaria del colegio, hablando con el dueño de Dorna, ahora la empresa propietaria de los derechos del Mundial de Motociclismo.

Ahí empieza la época triunfal del CB Godella, más tarde patrocinado por la empresa agrícola Costa Naranja y después por Ros Casares, ganador de 3 Euroligas y docenas de ligas y copas. «Sin aquel talón de Juan Roig, nada hubiese sido posible», insiste Escamilla desde la distancia del tiempo.

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