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El milagro del rugby valenciano

El dominio absoluto de la cantera local en los Campeonatos de España contrasta con la falta de instalaciones para los equipos

El milagro del rugby valenciano

El CAU se proclamó Campeón de España Sub 14 y Sub 16; el RC Valencia alcanzó la tercera plaza en el Nacional Sub 18; las chicas del Sub 18 quedaron Campeonas de España€. Éxitos y más éxitos de las canteras del Rugby valenciano. Sin embargo, los inmejorables registros deportivos contrastan con la falta de instalaciones dignas para los clubes. Hasta seis equipos de la ciudad (CAU, San Roque, Tatami, Universidad Católica, RC Valencia y Les Abelles), con sus respectivas escuelas, se agolpan en los dos únicos campos municipales: El Río y Quatre Carreres.

Cuando a un rugbier valenciano le preguntan cómo es posible que València domine todas las categorías de formación, la respuesta es muy sencilla: Es un milagro.

València tiene un problema por resolver. Una deuda histórica: La falta de instalaciones. El rugby es uno de los deportes más de moda en la actualidad. Un deporte al alza gracias al buen trabajo de los clubes.

La selección española masculina se ha quedado a las puertas del Mundial, mientras que el estadio Ciutat de València albergó la final de la Copa del Rey con 18.000 aficionados en las gradas. Pero la Comunitat Valenciana, la tercera de España por detrás de Catalunya y Madrid con más licencias federativas (4.700), encuentra muchas dificultades para jugar y entrenar.

Las instalaciones no están a la altura. València no dispone de una infraestructura adecuada para dar cabida al exponencial crecimiento del deporte del balón oval y la sensación es que se quiere evitar su progreso.

En el Campo del Río, por ejemplo, juegan hasta cuatro clubes con sus respectivas canteras. No hay ni sitio, ni horas€ Por no hablar de unos diminutos e impropios vestuarios carentes de gimnasio o multisalas. Los equipos, desde senior hasta los niños de 8 años, se cambian en un recinto diminuto en el que tienen que dejar las bolsas de deporte en los banquillos porque no hay más espacio en unos vestuarios reutilizados, como se puede comprobar en la imagen de este reportaje. En Quatre Carreres, dos clubes, RC Valencia y Les Abelles, tienen que hacer ingeniería para cuadrar los horarios de todos los equipos.

Pese a las denuncias y las quejas desde hace años, todavía no hay una respuesta ni una apuesta decidida. Hablar de una solución parece que se antoja inviable. Son muchos años en esta dinámica. Es cierto que es mucho más fácil lograr espacio para una mesa de ping-pong que para un campo de rugby, aunque el CTP Mediterráneo lo pasó mal para poder ir a la Superliga, pero en el rugby no hay ni siquiera un espacio habilitado de medio campo, todo está marcado con conos, para que jueguen los niños más pequeños.

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