La industria productora de pavimentos y revestimientos cerámicos, cuyo más del 95 % se concentra en la provincia de Castelló, aportó 2.511 millones de euros limpios al saldo comercial de la Comunitat Valenciana en 2017, según los datos difundidos por el Instituto de Comercio Exterior de España (ICEX).

Los datos hablan por sí solos. El sector de baldosas cerámicas cerró el año 2017 con un nivel de exportaciones desde la Comunitat Valenciana registrando un nuevo record al sumar una facturación de 2.576 millones de euros, cifra que significa un 4,2 % más que en el ejercicio 2016.

Por su parte, las importaciones fueron de apenas 65 millones de euros, que aun así fueron un 31,1 % más que doce meses antes. Por tanto, el saldo neto fue de 2.511 millones de euros, unos ingresos que revertieron directamente sobre el conjunto de las firmas de Castelló y, por tanto, en la consolidación del empleo, generando, según fuentes de la patronal Ascer, en torno a los 800 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos.

En este sentido, hay que subrayar que el conjunto del tejido industrial de la Comunitat Valenciana terminó el año 2017 con un saldo comercial de 3.343,3 millones de euros, resultado de exportar bienes por valor de 29.371 millones de euros (+2,4 %) e importar productos por 26.027,7 millones (+9 %).

La cerámica se consolida como el segundo sector en saldo positivo comercial en la comunidad valenciana, solo superado por el sector de la fabricación de automóviles, 'monopolizado' por el gigante Ford de Almussafes que alcanza los 4.215 millones de euros de superávit comercial (resultado de restar exportaciones por 6.515,3 millones de euros, un 22,2% más; a los 2.300,3 millones de euros de unidades importadas, un 8,8% más).

Tras los coches y los azulejos, el podio de los sectores que más aportan a la generación de riqueza por parte de la industria valenciana se completa con el de los cítricos: 2.051,5 millones de euros (la factura de los envíos al exterior de naranjas es de 2.132 millones de euros, mientras que la entrada de agrios apenas se han cotizado por 80,7 millones de euros).

Y es que el peso de las fábricas de pavimentos y revestimientos cerámicos en el conjunto de la Comunitat Valenciana es tal que el 9,3 % de las exportaciones que salen desde Castelló para el mundo (el Tile of Spain llega a 187 países, prácticamente a todos). O lo que es lo mismo: uno de cada 10 euros de los que se generan por el comercio exterior valenciano, solo superado por la automoción, que es del 22,2%.

Un buen año

A pesar de que el horizonte de la industria cerámica siempre tiene retos que superar y nunca está tan despejado como a los empresarios le gustaría, la realidad es que el año 2017 ha sido para enmarcar, al menos en el plano internacional.

El sector de las azulejeras mejoró sus ventas a nivel general en un 7 % hasta alcanzar los 3.520 millones ?. En el mercado nacional, la patronal Ascer estima que el auge estuvo entre el 9 % y el 10 %, superando los 820 millones de euros de ventas, mientras que la exportación, ya a nivel estatal, se situó en los 2.685 millones de euros, según los datos del Icex.

Detrás del éxito de las baldosas made in Spain está el buen comportamiento de la terna de países que encabezan el ranking de las compras: Francia, que sigue emplazada un año más y de manera inalterable en la primera posición, con compras por 277 millones de euros (+8,1 %); Estados Unidos, con 233 millones de euros (+24,5 %) y Reino Unido, que a pesar de que el margen de mejora ha sido muy estrecho (+1,8 %), ha demandado recubrimientos valorados en 168 millones de euros.

Y en esta clasificación, dos países ponen el contrapunto: Arabia Saudí, que sigue siendo el cuarto destino del Tile of Spain, con un negocio de 117 millones de euros, lo que significa un nuevo retroceso de las compras del 19,5 % con respecto al 2016; y Rusia, que tras un trienio de caídas sin freno, vuelve a mostrar signos de vigor, y creció en el 2017 un 8,6 %, elevando sus importaciones a los 78 millones de euros.

Un tratamiento especial merece el caso de Argelia, que el pasado ejercicio terminó con unas compras de pavimentos y revestimientos cerámicos españoles por valor de 53,9 millones de euros, hasta un 56,3 % menos que en 2016 (entonces sumaron 123 millones de euros los envíos), fruto del bloqueo que el Gobierno del país ha impuesto para impermeabilizar sus fronteras.