Ideas&Pasión, la nueva y etérea denominación de la feria valenciana del hábitat, donde exponen empresarios del mueble, la decoración, el textil para el hogar y la iluminación (en años pares), iniciará el próximo lunes una edición marcada por esta fenomenal crisis económica y, por tanto, con acusados descensos en expositores y visitantes previstos y con escasísimas expectativas de negocio. El pesimismo, a qué negarlo, está al orden del día entre los empresarios, que llegan al evento con la esperanza de que caiga en los próximos meses algún contrato surgido de los contactos iniciados en feria, aunque también con la confianza en que el renovado certamen sea un trampolín que les impulse una vez que esta pavorosa recesión, más pronto que tarde, haya pasado.

Los datos del sector del mueble, el principal de los que componen la muestra, es un buen indicativo de la situación que atraviesan las actividades englobadas en Ideas&Pasión. Según los datos facilitados a este diario por el presidente de la patronal valenciana del mueble y la madera Fevama, Vicente Folgado, las ventas han caído en lo que llevamos de año un 30%. La producción lo ha hecho en torno al 27,5% y las exportaciones, en la Comunitat Valenciana, han bajado un 26,5% en los seis primeros meses de 2009. Es más, las empresas han amortizado empleos -el sector no ha recurrido en su mayor parte a expedientes de regulación- en un volumen de entre el 12% y el 15%. Folgado explicó que el primer semestre "ha sido muy malo". Así que ahora está por ver "qué pasa con el último trimestre", aunque el dirigente empresarial se mostró convencido de que, "mientras se destruya empleo, no habremos tocado fondo" y luego "estará por ver cuánto tiempo permanecemos en el fondo".

Con un paisaje tan negro y un horizonte que no hay forma de despejar, Feria Valencia se las ha visto y deseado para lograr una participación digna en Ideas&Pasión, un evento heredero de la que tradicionalmente ha sido la mayor manifestación comercial de la ciudad: la Feria Internacional del Mueble. Aún así, los números distan mucho de los de otras épocas y eso que se le ha añadido un certamen -Textil Hogar- que no hace muchos años era una potencia en sí mismo, pero que ha ido languideciendo a la par que el sector al que representa se veía sacudido por la globalización, primero, y la crisis, después. De hecho -y aunque también han influido, como publicó este diario, discrepancias por el calendario- este sector es el que más ha contribuido al descenso general de expositores y superficie. En un año, el número de empresas ha pasado de 140 a 60, con una reducción del 60%.

Rebajas y descuentos

Pese a las rebajas en las tarifas de suelo y los descuentos de hasta el 70% en paquetes de servicios que incluían los decorados, la cifra de expositores este año será finalmente de 942, un 22% menos que los 1.200 de hace un año. Y eso que en el mes de agosto se sumó al evento un centenar de empresas y que en la primera semana de septiembre hubo alguna otra firma que se subió a última hora a un tren que antes partía (la inscripción) en marzo. Buena muestra de la atonía del mercado y de la desconfianza de los empresarios respecto del beneficio de realizar esa elevada inversión en estos tiempos. La superficie bruta de exhibición ha caído aún más, un 25%, prueba de que los industriales han reducido el tamaño de sus stands para ahorrar. Un dato más: el certamen, por primera vez, no ha tenido presidente -el de la edición de 2010 será María José Guinot, como adelantó este diario-, porque ningún empresario ha visto clara la oportunidad de dar la cara.

Esa relevante inscripción de última hora, junto a la "muy importante lista de invitados" confirmados -2.600 compradores (1.142 procedentes de ochenta países)- invita, según Folgado, a cierto "optimismo", al que no es ajeno el nuevo rumbo que ha emprendido el certamen a través de un plan estratégico que lo ha convertido, aún más, en multisectorial, con lo que "esperamos que tenga más tirón". No sólo en esta edición. Folgado, al igual que hizo el pasado miércoles el director de Ideas&Pasión, Ignacio Mateu, durante la presentación del certamen, destacó que el nuevo proyecto busca sentar las bases de un nuevo modelo para los próximos años, cuando la crisis sea ya un amargo recuerdo. El propósito es fomentar la calidad. Para ello, se ha prescindido, pese a la coyuntura, de una cincuentena de firmas -preferentemente, orientales- porque su producto o la forma de presentarlo no cumplía unos mínimos de calidad. Asimismo, se pretende que el certamen valenciano, según explicó Folgado, se convierta en pocos años "en el referente internacional de la marca Made in Spain", como la feria de Milán lo es de todo el mueble italiano, y consiga "recuperar a los visitantes nacionales que se han perdido por la dispersión de ferias del mueble en España".