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El catedrático de Economía Aplicada y presidente de la Asociación Española de Ciencia Regional, Vicent Soler, sostiene que hay que evitar la tentación de hablar de la crisis financiera para esconder el verdadero problema de la economía de España y, sobre todo, de la Comunitat Valenciana: "la necesidad de apostar por un cambio de modelo productivo, que pasa necesariamente por la internacionalización de las empresas". El profesor Soler, que hoy presenta su último libro -"Economía española y del País Valenciano", en el Colegio de Economistas de Valencia- destaca el "éxito del pasado supone vulnerabilidades para el presente y el futuro en los nuevos escenarios económicos". Éstos se caracterizan por los crecimientos basado sen la creación de puestos de trabajo de baja cualificación y alzas de productividad pobres, a diferencia de los que pasaba en los años sesenta y primeros setenta.

Soler recuerda que "España ha dejado de ser un país periférico y con costes laborales bajos, "por lo que carece de posibilidades de cultivar ventajas competitivas a través de los precios". En su opinión, la propuesta de cambio estructural en agricultura, industria, construcción y servicios pasa por un proceso de inversiones en tecnologías y el aumento de la productividad. "Pero no tanto por la deseada reforma laboral" que defiende con uñas y dientes la patronal CEOE, cuyo único objetivo parece se "abaratar el despido y romper la ocupación estable".

Invertir en recursos humanos

Soler advierte de que los recursos humanos son claves en el nuevo modelo basado en la sociedad del conocimiento porque "el trabajo es una inversión, no un coste". En ese sentido, el profesor de la Universitat de València lamenta que el crecimiento de la economía valenciana -prototipo del desarrollismo inmobiliario, el turismo de baja calidad y sin políticas industriales desde hace más de una década- se haya basado en un uso relativamente más intensivo del factor trabajo no cualificado y con unos niveles de productividad inferiores a la media española. A vueltas con la deslocalización, Soler considera el traslado de fases de la producción a países con menores costes labores es "inevitable". Pero aquí hay que mantener "la gestión, el diseño y la logística" en los centros de decisión.

El nuevo modelo basado en la internacionalización permitirá, según Soler, a partir de una mejora en la productividad de los sectores tradicionales, "potenciar la aparición de otros nuevos sectores con mayor base tecnológica. Una estrategia que también considera válida por los servicios, el turismo o la construcción.