Bruselas acaba de cerrar con Rabat un protocolo agrícola del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea (UE) y Marruecos, pese al veto inicial del Gobierno de España, que supone un duro varapalo para los intereses del sector hortofrutícola de la Comunitat Valenciana. El pacto que acaba de sellar la Comisión Europea suprime la barrera para las importaciones de naranjas -que hasta el momento tenían un contingente de 306.800 toneladas anuales-, mientras que el cupo de clementinas se aumenta en un 34% al pasar de 130.000 a 175.000 toneladas. El ejecutivo comunitario esgrime que Marruecos, hasta el momento, nunca ha logrado superar los tonelajes establecidos.

Después de tres años negociando un pacto que sustituye al suscrito en el año 2003, el nuevo acuerdo prevé prácticamente al libertad total de acceso al mercado comunitario de todas las frutas y hortalizas procedentes del país alahuita, y establece contingentes sólo para seis productos que se consideran "sensibles" para la producción española: tomate (que aumenta un 39%), calabacín (100%), pepino (167%), ajo (50%), clementina (34%) y fresa (100%). Para estos productos se establecen contingentes muy superiores a los establecidos en el acuerdo anterior. Otro punto clave que influirá en la competitividad del campo español es que el citado acuerdo reduce en un 30% el precio de entrada a la práctica totalidad de la frutas de hueso y la uva de mesa, así como para los cítricos.

Duplicará la superficie citrícola

El posible efecto demoledor sobre el negocio hortofrutícola valenciano también se acentúa porque el acuerdo comercial de la UE con el país vecino del Mediterráneo, con la ruptura de las barreras arancelarias, aumenta las expectativas exportadoras de la agricultura marroquí. En ese sentido, AVA-Asaja, advierte de que si la producción y exportaciones citrícolas del reino alauita no han crecido demasiado hasta el momento, ni ocupa mayores cuotas en la UE es, entre otros motivos, porque las las bajas cotizaciones europeas invitan a colocar sus naranjas, bien en su mercado interior bien en países como Rusia.

Sin embargo, ante el desarmamiento arancelario brindado por la UE, tal circunstancia podría cambiar en breve, cuando el denominado Plan Verde (expansión de la agricultura marroquí), que ya comenzado a aplicar y que cuenta con financiación de Bruselas de sus primeros resultados. Buena prueba de las expectativas citrícolas generadas en este acuerdo comercial son los objetivos marcados para este cultivo, se segunda gran apuesta tras el olivar. Marruecos ha planificado que antes del año 2020 dispondrá de 108.900 hectáreas y habrá logrado duplicar su producción actual hasta los 3,2 millones de toneladas.

El sector rechaza el pacto

"La Comisión Europea ha castigado al sector hortofrutícola y ha optado por premiar la agricultura que compite de forma más desleal, con costes de producción, salarios o usando fitosanitarios que aquí no se permiten", asegura el presidente de AVA-Asaja. Además, recuerda que la irrupción de las naranjas marroquíes en la UE es muy grande porque son usadas por la gran distribución para hundir los precios de las españolas.

La Unió de Llauradors también rechaza de plano la renovación del citado acuerdo comercial. Josep Botella, secretario general de esta organización agrario, asegura que la mayor apertura de fronteras es "un palo muy fuerte para los productores de la Comunitat Valenciana" y critica duramente la renovación del acuerdo "a ciegas" sin asegurar el control y el cumplimiento del pacto actualmente en vigor. "Hay que pedir certificados de importación para las importaciones agrícolas de Marruecos porque se deben conocer las cantidades importadas y su precio, así como reformar los precios de entrada", añade.

La federación de productores exportadores de frutas y hortalizas (Fepex) sostiene que la entrada en vigor del plan causará una notable destrucción de empleo y de exportaciones, por lo que demanda que el sector no acepte determinadas concesiones y reclamó su revisión.