El casino de La Vila echa el cierre después de que su actual propietario, Casinos del Mediterráneo, del grupo Acrismatic, se hiciera con su gestión el 20 de mayo de 1999, después de resultar adjudicatario de una subasta convocada por la Conselleria de Economía de la Generalitat, en aquel entonces dirigida por José Luis Olivas. Ese departamento se vio obligado a intervenir la empresa de juego tras la adjudicación en 1996, al empresario de origen francoargelino Roch Tabarot, íntimo amigo del entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana. En el complicado mundo del juego, donde optar a una licencia requiere de multitud de garantías y trámites, el Consell de Zaplana allanó a Tabarot el camino. Pero tan rápido como creció su aura alrededor de las mesas de juego engordaron las sospechas de Hacienda. En 1998, Olivas ordenaba la intervención del negocio y ese mismo año, el Consell rechazaba el plan de viabilidad de la sala y sacaba el casino a concurso que ganó su actual gestor. a. h. s.valencia

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Mientras el histórico casino de La Vila-joiosa cierra, el no menos histórico Casino Monte Picayo ultima su traslado desde la localidad de Puçol a Valencia. Este verano -previsiblemente en la primera quincena de julio- la empresa espera poder inaugurar sus nuevas instalaciones ubicadas frente el Palacio de Congresos de la ciudad. El nuevo edificio tendrá un aforo de hasta 1.500 personas y con él la firma propietaria -la multinacional española Cirsa- espera incrementar el número de clientes. De hecho, fuentes de la compañía explicaban recientemente que sus previsiones estiman unos 250.000 visitantes en los primeros 12 meses, frente a los 151.400 registrados durante 2009, un 24% más que el año anterior.

El nuevo casino ocupará una superficie de 4.000 metros cuadrados con tres plantas y otras dos de aparcamiento. La empresa cuenta en la actualidad con una plantilla de 180 personas en las instalaciones de Puçol y de 65 en la sala apéndice de Gandia.

En 2008 -último año del que existen datos registrados- Casino Monte Picayo facturó 20,96 millones de euros, un 9,93% menos que en 2007. Los beneficios fueron de 369.386 euros, con un desplome del 85,3% sobre los 2,5 millones del ejercicio anterior. El casino de La Vila-joiosa ha justificado su cierre con unas pérdidas de 14,6 millones de euros el año pasado. Y es que, de acuerdo con la memoria del juego de la Generalitat correspondiente a 2008 -la última publicada- aunque el número de jugadores en los casinos de la Comunitat aumentó un 16,76% hasta los 535.221, las cantidades jugadas cayeron un 16,67% y se quedaron en los 175 millones de euros, frente a los 210 jugados en 2007. Además, la cantidad de divisas cambiadas también bajó un 23,64% hasta los 268.000 euros.

Tres casinos

La Comunitat cuenta con tres casinos. El Monte Picayo y su sala apéndice de Gandia; Casino Mediterráneo -ahora en vía de cierre- y sus salas de Torrevieja y Alicante, que seguirán abiertas; y el Gran Casino de Castellón.