Un semáforo empotrado en la pared similar al de cualquier travesía de ciudad recibe cada jornada laboral a los más de 500 empleados de Ikea Murcia. El pasado lunes 12 de abril (Día de San Vicente) un intenso color rojo señala que la plantilla se enfrenta a lo que nivel interno se conoce «peak day» (día pico). Aunque es laborable en el entorno metropolitano de Murcia se espera una afluencia de visitantes más alta de lo habitual. Cerca de 18.000 personas pasarán por la tienda murciana de la multinacional fundada en 1943 en Suecia por Ingvar Kamprad. Uno de sus lemas decora la escalera de entrada a la garita de seguridad: «El sueño: crear un hogar día a día para la mayoría de las personas».

El lunes 12 de abril la mayoría de las personas ha recorrido más de doscientos kilómetros en busca de muebles baratos para decorar su casa sin renunciar a diseños modernos. Provienen de distintas ciudades de la Comunitat Valenciana, principalmente de las provincias de Valencia y Alicante. «No entendemos por qué no se abre una tienda en Valencia», afirman Pablo y Eva, un matrimonio valenciano que ha parado con sus hijos en la tienda de regreso a casa desde Cartagena, donde han pasado el fin de semana. No será por demanda. Los valencianos se dejan en las distintas tiendas de Ikea de España (principalmente Murcia, Madrid, Zaragoza y Barcelona) 50 millones al año de gasto, según explica a Levante-EMV el subdirector del establecimiento murciano, Daniel Molina, que ejerce de guía durante la visita. Un festivo local en Valencia y muchas ciudades de su entorno como el del pasado lunes los clientes valencianos representan holgadamente el 50% de los consumidores que pisan la tienda. «La Comunitat Valenciana es prioritaria para nosotros». De los 3,2 millones de personas que pasaron por aquí el año pasado el 45% procedía de la autonomía valenciana. «Tenemos detectado que a los valencianos les encanta comprar muebles y además renuevan mucho», señala Molina.

El traslado es algo ya habitual para muchos ciudadanos de Alicante, cuya capital dista a apenas 90 kilómetros de Ikea. Los de Valencia recorren 260 kilómetros. El viaje resulta rentable para las cuentas de Ikea Murcia, la factura media del cliente de la Comunitat Valenciana es de 320 euros. ¿Crisis? «No la hemos notado, quizás ha bajado el ticket medio, pero recibimos más visitantes». La recesión económica ha incorporado nuevos perfiles de clientes a Ikea, familias de rentas medias-altas que antes preferían gastar en diseños más caros. «La clave que de nuestro éxito es el compromiso conjunto con el cliente porque hace una parte del trabajo». El modelo de automontaje funciona, aunque la multinacional ofrece servicios complementarios de trasporte y montaje que incrementan la factura. Silvina asalta a Molina por uno de los pasillos de la tienda sin saber que va acompañado de dos reporteros: «¡Por favor un Ikea en la Comunidad Valenciana!». Molina le explica que la multinacional se ha marcado abrir una tienda por cada millón de habitantes y recuerda que Valencia es el única gran área metropolitana que no cuenta todavía con una tienda. Bloqueado el proyecto de Paterna, los responsables de la empresa no ha dejado de buscar ubicaciones. Tienen novios de sobra. Muchos son los municipios que se han ofrecido: Llíria, Alfafar, Gandia… Y otros que irán apareciendo.

Público heterogéneo

El modelo Ikea ya no atrae sólo a familias, parejas o solteros que buscan amueblar o decorar su casa con diseños de vanguardia de bajo coste. Javier, Lola y sus socios han llenado hasta arriba sus carros de productos de menaje y mueble auxiliar para el restaurante mejicano que tienen previsto abrir en abril en Dènia. «Si hubiera una tienda habríamos ido a Valencia», explican. Muchas son las empresas que ya compran mobiliario y producto en Ikea, que ha puesto en marcha un servicio telefónico (Ikea Business) para realizar pedidos a distancia. «Venimos sobre todo por el precio», explican Javier y Toñi, un matrimonio de Sueca, mientras tratan de ubicar en su vehículo las muebles comprados.

José, Yeni, Rafa y Belén planifican en uno de los ordenadores de la tienda la cocina que quieren para la casa de fin de semana que poseen en la aldea requenense de El Pontón, aunque trabajan en Burjassot. «Aquí hay más opciones porque está todo», apuntan. Molina explica que son muchos los clientes que acuden al establecimiento para decorar su segunda residencia. Sobre la tienda en Valencia y las reticencias de algunos empresarios del mueble lo tiene claro: «Desde que Ikea está en Murcia se venden muchos más muebles». Según este responsable, la empresa cuenta con varios proveedores valencianos dentro de su exigente proceso de selección.