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La Comisión Europea (CE) quiere que la Unión Europea (UE) pueda sancionar a las agencias de calificación de riesgo e incluso retirarles la licencia para operar, según una propuesta presentada ayer que pretende modificar la legislación sobre las agencias de "rating", muy criticadas por haber contribuido a agravar la crisis de deuda pública en la eurozona.

La propuesta del Ejecutivo comunitario responde a una petición de los líderes europeos en junio de 2009 para centralizar el sistema de supervisión de las agencias de calificación, que tampoco alertaron correctamente sobre el riesgo de contagio que suponían las inversiones en hipotecas basura de Estados Unidos.

Así, el cambio de reglamentación propuesto establece que la futura Autoridad Europea del Mercado de Valores, que formará parte del nuevo marco de supervisión financiera que prepara la UE como respuesta a la crisis financiera, "debería tener poder para tomar medidas de supervisión" y en "último recurso, retirar la licencia a la agencia de calificación, si sigue infringiendo seriamente los preceptos de la legislación".

El texto también sugiere que será la Comisión Europea la que impondrá las multas, por recomendación de la autoridad supervisora de los mercados (ESMA, según sus siglas en inglés). Las sanciones deberán ser "disuasorias y proporcionales a la naturaleza y seriedad de la infracción, la duración de la misma y la capacidad económica de la agencia de calificación de riesgo afectada", dice el texto. Asimismo, la iniciativa desea introducir mayor competencia y transparencia al determinar la solvencia de todo tipo de actores económicos, desde países a empresas, al obligar a las entidades a facilitar información sobre sus productos financieros a todas las agencias de calcificación interesadas y no sólo a aquella con la que hayan contratado los servicios de auditoría.

La propuesta de transferir a la ESMA los poderes de supervisión de las agencias llega ahora, debido a que cuando se adoptó la legislación sobre las mismas, en abril de 2009, aún no se había decidido crear la agencia de supervisión europea, explica la CE.

Sin embargo, se da la paradoja de que Bruselas propone modificar una legislación que aún no ha entrado en vigor (lo hará por fases hasta diciembre), y de que el propio comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, ya ha advertido de que los cambios se pueden quedar cortos.