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Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 iniciaron ayer en Busan (Corea del Sur) una reunión que, en plena crisis de deuda en Europa, busca reforzar el sistema financiero y compaginar ajustes fiscales con crecimiento. No obstante, antes de iniciarse el encuentro, la directora ejecutiva del Banco Mundial (BM), la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, subrayó que los esfuerzos de muchos gobiernos para reducir su déficit fiscal pueden poner en riesgo "la ya débil recuperación global". También alertó de que la elevada deuda en la eurozona plantea el "riesgo de contagio" incluso más allá de Europa, por lo que instó a impulsar políticas de crecimiento.

En medio de estrechas medidas de seguridad, los representantes financieros del Grupo de los 20, el principal foro económico mundial, inauguraron con una cena de trabajo una cita de dos días marcada por los desafíos que plantea la situación en la eurozona. Con los mercados preocupados por el elevado déficit de muchos países importantes, los ministros discutirán las políticas de prudencia fiscal y los ajustes realizados por varios países, entre ellos España, para contribuir a la estabilización de la zona euro.

Los debates se prolongarán hasta hoy, siempre a puerta cerrada, y al término de la reunión se emitirá un comunicado con vistas a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20 los días 26 y 27 de junio en Toronto (Canadá). El comunicado incluirá, probablemente, un llamamiento para reforzar la solidez fiscal de cada uno de los miembros del Grupo, indicó hoy el viceministro surcoreano de Finanzas, Shin Je-yoon. En la reunión participan también el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo director, Dominique Strauss-Kahn, consideró que Europa ha dado pasos "importantes" para asentar la recuperación.