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La canciller alemana, Angela Merkel, anunció ayer el más drástico plan de ahorro en la historia de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial por valor de 80.000 millones de euros hasta el año 2014. Las medidas de ajuste económico están centradas en recortes sociales, que afectan ante todo a los parados de larga duración, aunque también contempla medidas que repercuten en los bancos y los grandes consorcios energéticos.

"Lo que vemos ahora en Grecia y en otros países nos muestra la importancia que tiene la disciplina financiera", dijo Merkel al presentar el conjunto de medidas de ajuste."Tenemos que asegurar el futuro de nuestro país", señaló la canciller al término de las dos jornadas de reunión extraordinaria de su consejo de ministros para detallar las medidas de ahorro. Los partidos de la coalición acordaron no hacer recortes en los sectores de educación y ciencia pero sí en el sector de obras públicas donde la realización de algunos proyectos, entre ellos la reconstrucción del Palacio de los Hohenzollern en Berlín, se aplazarán.

El plan, que incluye un ahorro presupuestario de más 11.000 millones para el próximo año, contempla recortes relevantes para las carteras de Trabajo y Asuntos Sociales, Infraestructuras y Construcción, así como Defensa, pero no conlleva un aumento del IRPF u otras cargas impositivas para el ciudadano como el IVA.

"Estamos en tiempos duros y difíciles. No nos podemos permitir ya todo aquello que deseamos si queremos diseñar el futuro", señaló la canciller, quien, pese a la "difícil situación de nuestro país", subrayó sentirse "optimista" y convencida de que "lo vamos a conseguir si aplicamos las cosas de esta manera".

El vicecanciller alemán y titular de Exteriores, Guido Westerwelle, comentó en la misma rueda de prensa que "hemos vivido en los últimos años por encima de nuestras posibilidades" y calificó el paquete de ahorro de "ambicioso, amplio y sólido".

Funcionarios y militares

El gabinete ministerial a las órdenes de Merkel acordó reducir hasta 2014 en 10.000 el número de funcionarios ministeriales y de otras instituciones federales y suspender el previsto aumento en 2011 de la paga de Navidad. Asimismo, el programa de ajuste contempla una reducción de 40.000 efectivos en el Ejercito profesional, así como una reestructuración del servicio militar.

El aporte de la industria lo harán ante todo los consorcios energéticos, que tendrán que pagar un impuesto especial por la prolongación de la vida de las centrales nucleares, y los bancos, para los que se proyecta un impuesto a las transacciones financieras, a más tardar a partir de 2012.

Además, a partir del año próximo se introducirá un impuesto ecológico al transporte aéreo, adelantándose así a una medida europea planificada para 2013

Parados y subsidios

Sin embargo, las medidas más duras tienen que ver con el gasto social y afectan especialmente a los parados de larga duración, que dejarán de recibir subsidios por maternidad o paternidad en los primeros años y, además, el Estado dejará de pagar sus cotizaciones a las cajas de pensiones, lo que deberá llevar a las arcas públicas un ahorro de 2.000 millones de euros al año.

Esta última medida fue justificada por Merkel, que dijo que el pago de las cotizaciones aumenta muy poco el nivel de la pensión de los parados de larga duración que en todo caso tienen derecho a una pensión mínima. Además se plantea hacer más eficaz la política de fomento al empleo, prescindiendo de algunos instrumentos y reduciendo la burocracia.

Protestas de la CDU

El amplio paquete contempla igualmente la congelación de grandes proyectos como la reconstrucción del Palacio Imperial en el corazón de Berlín, cuyas obras, previstas para este mismo año, no comenzarán ya antes de 2014.

Las propuestas de algunos sectores de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de Merkel, y su ala bávara la Unión Socialcristiana (CSU) de combinar los sectores sociales con un alza de la tarifa impositiva máxima, por razones de justicia social, fue rechazada por el FDP de Westerwelle. Este justificó el rechazo a un aumento de la tarifa impositiva máxima diciendo que el impuesto a la renta es el que rige para muchas empresas medianas y pequeñas, por lo que cualquier subida en las tarifas las perjudica, y es negativo para el crecimiento.