Las vacaciones están a la vuelta de la esquina con grandes descuentos por parte de las agencias de viaje, las grandes cadenas de productos electrónicos nos llenan de folletos y las rebajas se presumen que serán aún más agresivas que las anteriores. Ante todo este marketing, muchos consumidores pueden decidir realizar una compra usando una tarjeta de crédito como medio de financiación, una opción muy cómoda y práctica pero que tiene un coste, el cual depende mucho de la forma en la que decidamos pagar la deuda pendiente, sin olvidarnos que la TAE, el coste anual de financiar con una tarjeta supera en la mayoría de las ocasiones el 20%.

Analicemos cuales son las formas más comunes de pagar su tarjeta financiando la operación, sus pros y sus contras, más cuando existen tarjetas específicamente diseñadas para el pago aplazado.

Fraccionar las compras durante un determinado tiempo

Decidimos pagar nuestra compra en un plazo de tiempo que incluso puede llegar a los tres años, de esta forma sabemos que cuota vamos a pagar mensualmente en la que se incluye el coste del producto y los intereses.

Teniendo en cuenta el coste de financiar cualquier compra con tarjeta, es la mejor opción para tener controlado el gasto, mejor cuanto menos meses fraccionemos las compras.

Pagar una cantidad fija al mes

Igual que en el caso anterior, tiene la “ventaja” de que conocemos lo que vamos a pagar cada mes, pero el inconveniente de que si no controlamos lo que cargamos en la tarjeta puede que al final sólo dediquemos a pagar intereses e incluso no sea suficiente el pago y la deuda vaya siendo incluso mayor.

Pongamos un ejemplo, pagamos un mínimo de 40 euros y tenemos una deuda de 2.500 con una tarjeta al 1,8% de interés nominal mensual, un 23,87% TAE. Esta deuda genera unos intereses mensuales de 45 euros, con lo cual, con la cuota ni se amortiza deuda, todo lo contrario estaríamos sumando 5 euros más a la cantidad pendiente de pago.

Por ello, financieramente si elegimos esta opción lo más recomendable es pagar la mayor cantidad mensual que económicamente podamos para que los intereses sean menores y no entremos en una espiral de deuda.

Pagar un porcentaje sobre la deuda

Financieramente la peor de las opciones, ya que siempre quedará algo de deuda pendiente la cual a su vez genera intereses. Siguiendo el mismo ejemplo, decidimos pagar un 10% de la deuda todos los meses junto a los intereses, si no aumentamos esta deuda el primer mes pagaríamos 250 euros, el siguiente quedarían pendientes 2245 euros, por los intereses que generan, con lo cual el siguiente pago sería 224,50 euros.

A medida que pagamos la deuda será menor pero siempre genera intereses, lo cual es peor si añadimos nuevas compras.

Y es que las tarjetas son instrumentos fáciles y cómodos, pero a los que hay que realizar un seguimiento continuo para saber cómo y cuánto pagamos.

Antonio Gallardo. Director de Contenidos de www.iahorro.com