Cajastur ejercerá durante al menos doce años el liderazgo en la gestión del banco resultante de la "fusión fría" que la caja asturiana ha pactado con la alicantina Caja Mediterráneo (CAM) y con Caja Cantabria y Caja Extremadura. El protocolo ya firmado por las cajas y el contrato definitivo que está en elaboración establece un mecanismo que garantiza que hasta 2022 el consejero delegado de la nueva entidad será Manuel Menéndez o, en su caso, otro candidato sugerido por Cajastur. El cada vez más claro liderazgo de Asturias en la operación y las amplias atribuciones que tendrá Menéndez han despertado recelos en sectores de la CAM.

El sistema de protección institucional -SIP, denominación técnica de la fórmula de "fusión virtual"- negociado entre las cuatro cajas determina que Cajastur y sus socios compartirán el accionariado de un banco de nuevo cuño, donde la caja asturiana y CAM tendrán una posición idéntica (40%). Se establece también que ciertas grandes decisiones estratégicas requerirán una mayoría cualificada (75%), lo que obliga a Cajastur y a CAM a llegar a acuerdos. Pero la gestión cotidiana corresponderá a Manuel Menéndez, que ocupará el puesto de consejero delegado. Fue una decisión amparada por el Banco de España, como lo está también, según fuentes cercanas a la operación, el mecanismo que garantiza la continuidad a medio plazo de la posición preferente de Cajastur en la estructura corporativa.

Ese mecanismo supone de entrada que Manuel Menéndez estará seis años como consejero delegado del nuevo banco. Pero, además, el protocolo de la fusión, ya aprobado por los consejos de administración de las cuatro cajas, fija que al cabo de esos seis años Cajastur tendrá la prerrogativa de proponer quién ocupará el mismo puesto durante los seis años siguientes. Y el pacto añade que en la hipótesis de que Caja Mediterráneo rechace el nombramiento sugerido por Cajastur, se prorrogará automáticamente el mandato de Manuel Menéndez durante seis años más. Esto es, en todo caso será la entidad financiera asturiana la que tenga en sus manos la decisión.

Según las fuentes consultadas, el Banco de España aplaude esa solución y la justifica por la conveniencia de dar estabilidad a la "fusión virtual" y de "profesionalizar" la gestión. Además del perfil de Manuel Menéndez y de su ejecutoria al frente de Cajastur, el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha valorado que, en general, el proceso de reordenación de las cajas de ahorros debe ir acompañado de una profesionalización creciente de las entidades resultantes. Se aspira a que, a corto plazo, la gestión de los bancos que servirán de vehículo para las uniones entre cajas sea muy profesional y lo más despegada posible de las influencias políticas que hasta ahora han marcado el devenir de al menos parte de las entidades. Para los sectores críticos con las formas de la reordenación financiera, se trataría de un paso más en el proceso de "bancarización" de las cajas.

Siguiendo instrucciones que el Banco de España ha dado a todas las entidades involucradas en "fusiones virtuales", Cajastur y sus socios están agilizando las negociaciones para afinar el contrato de integración en los primeros días de julio. Y en ese tránsito han surgido recelos en Caja Mediterráneo. Según informaciones cercanas a la entidad alicantina, la CAM está incómoda con el nivel de delegación de funciones que Cajastur quiere para Manuel Menéndez como consejero delegado. De acuerdo con esa versión, Caja Mediterráneo estaría tratando de persuadir al Banco de España para que las atribuciones de Menéndez sean menos amplias.

Tales quejas se producen en el contexto de las críticas que algunos sectores económicos y sociales de Alicante han dirigido a los gestores de CAM por el mayor protagonismo que Cajastur, pese a su menor tamaño, ha cobrado en la "fusión virtual" y en el reparto de poder. La otra caja de la Comunidad Valenciana, Bancaja, ha entrado en una alianza con Caja Madrid en la que la entidad presidida por Rodrigo Rato tendrá una clara posición de dominio.