Los sindicatos iniciarán este miércoles la campaña de protestas contra la reforma laboral aprobada por decreto con un calendario de manifestaciones y concentraciones en 34 capitales de provincia, que precederán a una concentración de delegados sindicales en Madrid el 9 de septiembre y que culminará con la huelga general convocada para el 29 del mismo mes. Para expresar el "contundente rechazo" a la reforma del mercado de trabajo impulsada por el Gobierno ante el "abaratamiento" del despido, CC.OO. y UGT han programado un total de 21 manifestaciones y 13 concentraciones, que se complementarán con otros actos, como asambleas generales, convocados por cada uno de los sindicatos.

En concreto, la movilización de Madrid partirá desde la Plaza del Doctor Drumen (Atocha) a las 19.00 horas, mientras que en la Cuidad Condal se celebrará una manifestación desde las 12.00 horas de las mañana a partir de la Plaza de Urquinaona. Así, las centrales se oponen a las políticas de "recortes sociales y supresión de derechos" de los trabajadores impulsadas vía decreto ley por el Gobierno --plan de ajuste adicional para recortar el déficit y reforma laboral-, al que reprochan que se ampare "bajo la excusa de directrices europeas", según precisan en el manifiesto conjunto, en el que se recoge el lema con el que se celebrará la huelga general: Así, no. Huelga general, yo voy!'.

Preguntado acerca de la posibilidad de que se modifique la reforma, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, remarcó que las organizaciones sindicales pondrán "toda su energía" para que los grupos parlamentarios tengan en cuenta sus argumentos. "La reforma se ha pensado para dar tranquilidad a los mercados financieros, algo que no se ha conseguido, mientras que sí ha habido una pérdida de confianza en las decisiones políticas y un aumento de la incertidumbre entre los trabajadores", comentó el secretario general de UGT, quien reclamó la retirada de esta "contrarreforma".

Por otro lado, el secretario general de CC.OO. quiso recordar a la CEOE y a Cepyme el "compromiso" asumido para proceder en un plazo seis meses a la reforma de la negociación colectiva. "No vaya a ser que se pretenda que venga otro a hacerle el trabajo", agregó, antes de incidir en la necesidad de abordar esta negociación "por la vía del consenso". Además, aludió como "factor de distorsión" al hecho de que "apenas un tercio de los convenios que tenían que renovarse o renegociarse están registrados.