Al cumplirse dos años del estallido de la burbuja inmobiliaria en la Comunitat Valenciana, las secuelas de la recesión económica dibujan un escenario desolador en la actividad promotora y constructora, tanto entre la población desempleada como entre los miles de parados que deja en la calle la ralentización de la obra civil y de la vivienda. El brutal recorte en los salarios experimentado en el conjunto de categorías profesionales que emplean las firmas constructoras tiene que ver con la caída de la demanda de recursos humanos, otrora insuficiente para atender la actividad constructora. Así, según un estudio realizado por la central sindical CSI·F, las retribuciones a los peones, oficiales, capataces y encargados de obra han disminuido hasta un 30%.

"En la época de vacas gordas que no había mano de obra muchas empresas pagaban lo que fuera porque no existía personal. ahora ha cambiado la situación, ya no se hacen horas extras y si las tienen que hacer las incluyen en tu sueldo", explica el responsable de la sección de Construcción de CSI·F. En los últimos dos ejercicios los sueldos han bajado. Mientras tanto, el peón ordinario que cobraba 1.200 euros al mes ha pasado a 900, mientras que un especialista se queda en los 1.100 porque pierden las retribuciones por horas extras. "Si viene un camión a descargar material a las 19.00 horas y tu jornada laboral concluía a las 18.00 horas te toca esperarte una hora más como mínimo que, por supuesto, la empresa ya no te paga", lamenta José Cruz. Dicho de otro modo, "¡vuelven los mileuristas a la construcción!", lamenta.

Un oficial de primera ha pasado de 2.000 a 1.400 euros mensuales, mientras que un capataz ha visto mermado sus retribuciones de 2.500 a 1.600 euros. En los encargados la disminución es mil euros, ya que se quedan en salarios próximos a los 2.000 euros mensuales cuando antes superaban los 3.000 euros.

Pérdida de empleo

Si en 2007 se alcanzaba el récord de trabajadores empleados por la construcción -327.906 personas en la C. Valenciana, lo que suponía un 14,8% de todo el empleo-, dos años después el sector ha perdido 140.900 empleos, es decir un 43% del volumen de ocupación generada en el punto más álgido del boom inmobiliario, según reflejan los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al primer trimestre de 2010.

La Federación de Construcción, Madera y Afines de Comisiones Obreras (Fecoma-CC.OO.) lamentaba esta semana la decisión del Ministerio de Fomento de suspender o retrasar hasta cuatro años la ejecución de unos 230 contratos de carreteras y ferrocarriles, y pidió alternativas para evitar la pérdida de otros 115.000 puestos de trabajo en la construcción. Fecoma se mostró muy preocupad no tanto por los contratos cancelados sino por el eufemismo que supone hablar de demora en la ejecución de otras obras.

Según el secretario general de Fecoma-CC.OO., Fernando Serrano, la "supuesta demora" va a significar en realidad una disminución del grado de ejecución que puede alcanzar hasta el 90% de los trabajos.

Un difícil cambio de modelo productivo

El final del ciclo económico, junto con el estallido de la crisis del 2007, paralizó prácticamente la actividad en el campo de la edificación residencial, segmento que representaba el 51,71% de la producción en la construcción, con unas importantes consecuencias en el empleo como se ha podido comprobar. Ante esa situación, el Observatorio Industrial de la Construcción, de Aidico (instituto tecnológico de la construcción), acaba de realizar un estudio dirigido a impulsar la actividad y la innovación en el sector en el que sostiene que "es imposible llevar a cabo un cambio de modelo productivo sin tener en cuenta a este importante sector".