El consejo de administración de la CAM vuelve a afrontar una reunión decisiva para el futuro de la entidad y del Sistema Institucional de Protección (SIP) con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria. Los veinte vocales están convocados a las cinco de la tarde.

La reunión se celebra en un ambiente de máxima expectación, a la vez que de preocupación entre los miembros del máximo órgano de gobierno. Muchos acuden con las dudas previas de si, finalmente, habrán dado fruto las negociaciones para superar las discrepancias entre las dos cajas que lideran la operación -CAM y Cajastur- sobre los poderes irrevocables que pretendía la asturiana y que el consejo de la alicantina el día 15 rechazó unánimemente, aunque sí aprobó el resto del contenido del contrato de integración en el SIP.

En las reuniones que se mantuvieron durante el fin de semana, previas al consejo de mañana, se podría haber desbloqueado la situación, tras conocerse que Cajastur estaría dispuesta a modular sus exigencias para que la CAM no ponga reparos a la operación.

En estos días son los equipos jurídicos de las entidades los que se esfuerzan en encontrar una redacción de los artículos más polémicos del contrato para que éste supere los recelos de Caja Mediterráneo y su consejo dé el visto bueno al contrato de forma íntegra y no parcial, como en la anterior ocasión. Una situación que permitiría al SIP, definitivamente, alzar el vuelo.

Posicionamiento determinante

Pero esta vez, los vocales acuden con la certeza que la reunión y su posicionamiento es aún más determinante que la anterior porque se agotan los plazos dados por el Banco de España para presentar el contrato definitivo de integración y porque sobre sus análisis de la situación y de la orientación de su voto planea el mensaje transmitido por los negociadores de la CAM en este proceso -el presidente, Modesto Crespo, y el director general, Roberto López- de que un nuevo rechazo del SIP no se entendería en el Banco de España, lo que podría suponer, incluso, la intervención de la entidad. "En estos días nos toca reflexionar sobre lo que va a implicar nuestra toma de posiciones", admitía ayer un consejero.

Tras el ambiente de confusión y falta de información que ha precedido a este crucial consejo de administración, algunos de sus vocales reconocieron que en la reunión de hoy "se hablará abiertamente, cada uno expondrá su opinión", al mismo tiempo que tenían claro que puede haber una actitud más "exigente" de lo habitual por parte de los consejeros ante los directivos de la caja.

Parte de este trabajo parece que lo iniciaron los ejecutivos a final de semana, hablando con los vocales, con el fin de que sus posturas sobre la situación pudieran llegar de una forma más meditada y definida. En los últimos días ha habido voces del máximo órgano de la CAM que se han quejado de la falta de información sobre el origen y el contexto que se se han producido las modificaciones sobre los poderes irrevocables que pretendía Cajastur en el futuro grupo, que no estaban reflejadas en el protocolo aprobado en mayo y sí aparecían en el borrador que se presentó en junio ante el Banco de España y, consecuentemente, en el contrato definitivo que se sometió a votación el 15 de julio en el consejo. Estas mismas fuentes consideraban que había habido una mala gestión en las negociaciones y lamentaban el ambiente de confusión que todos estos factores han ido generando.

¿Cómo se contemplaría la última opción conocida de la oferta del Sabadell de pujar por la CAM, en el caso de que se rompa el SIP? "El escenario está muy abierto de cara a la reunión de mañana", admitía otro consejero. Pero la mayoría de los consultados, reconocía que el análisis de esta alternativa choca en estos momentos con el factor tiempo, por lo que considera que si los plazos que maneja el organismo supervisor -al parecer, en esta misma semana que comienza- para la presentación del contrato se van a agotando, no habría tiempo para estudiar esta oferta.

En las distintas reuniones que los representantes de las cuatro cajas han mantenido con el Banco de España, el mensaje recibido ha sido nítido y es que no contempla otro escenario que el que las cuatro cajas formen el SIP. La postura de mayor flexibilidad que ha presentado en los últimos días la entidad asturiana para volver a redactar los capítulos más polémicos del contrato, referidos al mando absoluto a que aspiraba en el nuevo grupo, puede rebajar no sólo el nivel de tensión, sino que puede ser el principio de un acuerdo.