Las alarmas se dispararon en Ginebra a principios de mes. El informe sobre el empleo juvenil realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hurgaba en una herida sin cicatrizar, la del desemple0 entre los más jóvenes, que alcanzará a final del año al 13% de la "fuerza global con edades comprendidas entre los 15 y loa 24 años". Un porcentaje que implica a 81,2 millones de personas en todo el mundo.

Pues bien, el porcentaje que provocó que las autoridades de la agencia de las Naciones Unidas se echaran manos a la cabeza y reclamaran la atención prioritaria de las autoridades de los países en desarrollo y las grandes potencias, en la Comunitat Valenciana se multiplica por tres. Es decir, el 40,5% de los jóvenes valencianos menores de 25 años se encuentra desempleado. Cerca de 95.000 personas con nombres y apellidos. Un drama al que, de momento, no se ve salida y cuyas consecuencias sociales son impensables.

El informe "Tendencias de Empleo Global de la OIT para los jóvenes 2010" advierte de que "la incapacidad de encontrar empleo crea una sensación de inutilidad e inactividad entre la gente joven que puede llevar a un incremento en la criminalidad, los problemas de salud mental, la violencia, los conflictos y el consumo de drogas".

"Impulsores del desarrollo"

Pero lejos de las profecías dramáticas, el director general de la agencia de trabajo, Juan Somavia, daba la clave fundamental de la situación: "Los jóvenes son los impulsores del desarrollo económico. Privarse de ese potencial es un desperdicio económico".

Dicho potencial, en la Comunitat Valenciana, está aún más lejos de convertirse en un pilar del desarrollo. Un informe de la responsable del departamento de la Juventud de UGT-PV, Lucía Sanchis, pone negro sobre blanco la situación del mercado laboral juvenil valenciano, una radiografía que alcanza tintes dramáticos.

La juventud valenciana menor de 25 años es uno de los colectivos que está sufriendo de forma más severa la actual crisis económica, con "un incremento notable de la precariedad y de la inestabilidad laboral".

El 40,5% está desempleado

La situación es la siguiente: De los 234.300 jóvenes menores de 25 años que constituyen la población activa en la Comunitat Valenciana, 139.000 tienen trabajo y los 95.000 restantes están desempleados, lo que significa que la tasa de de paro se sitúa en el 40,5%, 16,7 puntos más que la media, que es del 23,8%. Una tasa que sube hasta el 42,2% entre las mujeres. En resumen, de los 601.700 desempleados de la Comunitat Valenciana -que ya lidera el índice de paro en España-, 95.000 tienen menos de 25 años, un 15,7% del total, cuando la media española se sitúa en el 11,3%, es decir, más de cuatro puntos de diferencia.

Pero si estas cifras ya son destacables por lo negativo, aún lo son más cuando se relacionan con el nivel educativo. El informe de UGT califica de "estratosférica" la tasa de paro que se produce entre los jóvenes valencianos que sólo tienen estudios primarios: un 63,95 por ciento, un porcentaje que se reduce a la mitad entre los universitarios o los que han terminado la enseñanza secundaria.

El estigma de la falta de estudios

Otra de los dramas que se produce en este colectivo se refiere al del nivel educativo de los menores de 25 años en que están en paro: Nueve de cada diez no han llegado a la enseñanza secundaria. Este dato, según Lucía Sanchis, "viene a suponer que el fracaso de la enseñanza en la Comunitat Valenciana ha alcanzado su máximo exponente en los últimos años, cuando se ha desprestigiado la educación, especialmente la pública, con la proliferación de barracones o la generación de conflictos innecesarios".

El informe del sindicato precisa que esta situación debería corregirse "intensificando la formación", una propuesta que choca con "el recorte que se ha producido en la Formación Profesional en los últimos años, tanto en profesores como en construcción de infraestructuras". Otro dato: Durante el curso 2009-2010, más de siete mil personas se quedaron sin poder matricular en alguno de los ciclos formativos que se imparten en la Comunitat Valenciana, lo que les hubiera permitido mejorar su cualificación profesional y ampliar las posibilidades de encontrar empleo.

Una coyuntura, además, que se aleja de las soluciones sugeridas por la Organización Internacional del Trabajo para estos casos: "Invertir en educación y generar políticas de inserción laboral para los jóvenes".

La "generación perdida"

Este desalentador escenario, con una dimensión mucho más pequeña, que es la recogida por el informe de la OIT, ha dado lugar a que se empiece a hablar de la "generación perdida", según reconoce la economista de la organización internacional, Sara Elder, que lo define como "un grupo de jóvenes desanimado que, después de una larga y frustrada búsqueda de empleo, se excluye del mundo laboral".

Pero al margen de las dificultades para encontrar empleo de los jóvenes menos cualificados, los que ya han conseguido un trabajo no se encuentran con un panorama mucho más alentador. Los contratos temporales alcanzan a seis de cada diez jóvenes que trabajan; sólo uno de cada cuatro ha mantenido el empleo durante tres o más años, lo que deja claro la dimensión de la precariedad.

El mito "ni-ni" y los

29.300 jóvenes que ni trabajan ni estudian

Las cifras del informe elaborado por UGT minimizan lo que se ha dado en llamar la "generación ni-ni". En la Comunitat Valenciana viven 471.100 personas cuya edad está comprendida entre los 16 y los 24 años. De ellos, con los datos en la mano correspondientes al segundo trimestre de 2010, sólo 29.300 no estudian ni trabajan, lo que representa tan sólo un 6% del total. Este porcentaje viene a dar la razón a la secretaria de Juventud de CCOO-PV, que ha negado la existencia de los "ni-ni", termino que considera "una invención para denostar y desacreditar una generación entera". Es más, la imagen del joven sin trabajo, tumbado en el sofa esperando a que "salga algo" salta por los aires con otra cifra. De los 95.000 desempleados y desempleadas menores de veinticinco años que hay en Comunitat Valenciana, 88.000 intentan conseguir trabajo de forma activa mediante anuncios o contactos personales que complementen la búsqueda que pueda hacer la oficina de empleo, "algo que se debe de valorar", según la responsable de Juventud de UGT-PV, Lucía Sanchis. Todo ello a pesar de que, como señala el economista de la Organización Internacional del Trabajo, Steven Kapsos "los jóvenes ya no saben dónde ni cómo buscar empleo".