La economía española, y en particular la valenciana, vivió entre 1995 y 2007 un ciclo expansivo constante pero con pies de barro. O mejor dicho, de ladrillo. Impulsado por el sector de la construcción, en ese período de doce años, las tasas de variación del Producto Interior Bruto real se situaron alrededor del 3,5% en la mayoría de comunidades autónomas, al tiempo que la acumulación de capital se intensificaba. Sin embargo, en el calificado como "milagro español" jugó un importante papel el sector de la construcción, tanto de viviendas como de otras construcciones (infraestructuras públicas, locales comerciales, naves industrialesÉ). Se trata de algo ya apuntado por numerosos analistas y oficinas estadísticas. Los expertos coinciden en que España y la Comunitat Valenciana llevaba el anuncio de su derrumbe grabado en sus factores de éxito, con una industria cada vez más menguante y un modelo productivo que ha quedado desnudo como consecuencia del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

La Fundación BBVA, en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, ha puesto cifras a esa dependencia del ladrillo. Según queda reflejado en el cuaderno "Perfiles Regionales de Acumulación de Capital", la vivienda llegó a representa en España entre 1995 y 2007 el 49,7% del stock de capital neto por activos (es decir, de la riqueza acumulada). Una cifra que se elevaba hasta el 88,9% si se suman otro tipo de construcciones.

En el caso de la región valenciana, estos porcentajes han sido todavía mayores. "La participación en este tipo de activos (de construcción) es especialmente importante ne algunos territorios costeros y con elevada especialización turística, como es el caso de Illes Balears y la Comunitat Valenciana, donde las viviendas suponen alrededor del stock de capital total", señala el estudio de la Fundación BBVA. Gran parte del crecimiento del valor del capital acumulado ha ido ligado a la evolución de sus precios de mercado, que en el caso de la vivienda y hasta 2007 fueron mucho más elevados que para el resto de elementos que, muy en menor medida, componen los activos: Equipos de transporte, maquinaria, bienes de equipo y otros productos. La bajada constante de los precios que vive el sector residencial desde finales de 2007 hasta ahora va a contribuir a minorar el valor de los activos valencianos y por tanto la composición del stock de capital neto. Sin una recuperación industrial y un desarrollo importante de los sectores intensivos en tecnología, la Comunitat Valencian está abocada a presentar durante varios años un capital neto más reducido cuando finalice la crisis. Los valencianos serán más pobres durante algunos años porque sus activos, muy basados en la vivienda, valdrán bastante menos.

Los activos incluidos en el agregado de maquinaria, material de equipo y otros productos -donde se encuentran también las tecnologías de información y comunicación (TIC)- suponían en España algo más del 8%. Sin embargo no se repartían de igual modo por comunidades autónomas. Navarra lideraba esta clasificación con 12,7% en este tipo de activos, seguida de Aragón con el 10,8% o el País Vasco, con el 10,7%. Las tres son regiones con sectores industriales desarrollados. La Comunitat Valenciana, sin embargo, apenas alcanzaba el 7%, por debajo de la media española.

Ha habido regiones costeras como Baleares que presentan una buena posición en TIC. Las islas ocupan el primer puesto en el peso de estos activos en su stock de capital total, por delante de Madrid, Ceuta, Navarra, Canarias y Melilla, todas ellas por encima de la media española. La Comunitat Valenciana ocupa el décimo puesto por autonomías en este indicador.