La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, aseguró ayer que las cuentas del Estado para el año que viene "son realistas" y van a marcar "una diferencia" porque se convertirán ser los Presupuestos que ayudarán a que el país crezca a un ritmo del 1,3% en 2011, aunque el Ejecutivo ha elevado del 18,9% al 19,3% la tasa de paro prevista para 2011. En una rueda de prensa tras entregar los cuentas públicas en el Congreso, Salgado dijo que las cuentas son "austeras", que favorecen la cohesión social y dan un impulso a la actividad económica porque inspiran confianza, "el elemento más importante para la recuperación". A su parecer, los Presupuestos están marcados por la necesaria reducción del déficit y la mejora de la competencia, ya que el cumplimiento de los compromisos adquiridos con Bruselas y en el exterior son la única manera de proteger al país de la situación de los mercados financieros, que aún es "volátil" y cuenta con ciertos elementos de "inestabilidad".

Reducir el déficit

Además, dijo que las cuentas demuestran que el Gobierno mantendrá su política en el futuro con más austeridad, reformas y manteniendo el objetivo prioritario de reducir el déficit. "Los resultados indican que estamos en el camino correcto y en ese camino vamos a seguir", indicó la vicepresidenta. En su opinión, los Presupuestos son austeros porque desarrollan las medidas de ajuste planteadas, pero también optimizan la eficiencia en el uso de los recursos públicos para contribuir a la recuperación de la economía española. Así, resaltó las previsiones en materia de ingresos, unas cifras "prudentes" que se podrán cumplir a final de año, tal y como está ocurriendo en 2010. En el gasto, se mantienen las prioridades del Ejecutivo, aunque, en esta ocasión, se han tenido que examinar las partidas con "especial atención".

Los Presupuestos incluyen, según Salgado, un "fuerte ajuste" del gasto público motivado por la estrategia austeridad del Gobierno, y contemplan, entre otras cosas, la congelación de las retribuciones del personal al servicio de la Administración, consolidando la rebaja media del 5% puesto en práctica en junio y la restricción de la oferta de empleo público. Con la estrategia de austeridad, el Ejecutivo pretende reducir el desequilibrio de las cuentas públicas en 20.000 millones, para lo que también ha incluido en los Presupuestos una disminución media del 15,6% en los créditos disponibles por parte de los ministerios, que deberán recortar partidas y capítulos y recortar en un 6,7% los gastos de funcionamiento de la Administración.

Menos para dependencia

A pesar de la austeridad, los Presupuestos no reducen los recursos destinados al gasto social, que crecen un 1,3%, hasta los 183.231 millones, lo que supone el 58% del presupuesto total. Además, el Gobierno mantiene su compromiso de dotar al Fondo de Reserva de las pensiones, que recibirá 3.457 millones adicionales. Entre las partidas que no se ven afectadas por los recortes generalizados destacan las becas, que crecen un 2,6%, las pensiones mínimas, que aumentan un 1%. En cambio, las actuaciones destinadas a I+D bajan un 1,6% y el esfuerzo inversor cae un 29,6%, la cobertura a los desempleados desciende en un 1,6% y las ayudas a la Dependencia, en un 5,2%. "Vamos a gastar menos, pero vamos a reducir el gasto de manera muy selectiva", aseguró la ministra.

Suben los ingresos

En cuanto a los ingresos, alcanzarán los 178.917 millones, un 5,7% más, aunque excluidas las cesiones a los entes territoriales se quedarán en 106.020 millones. Los ingresos tributarios crecerán un 6,1% en términos homogéneos, hasta los 164.932 millones, gracias al impulso de la recuperación económica y a los últimos cambios normativos. La ministra aseguró que el Gobierno se siente "absolutamente cómodo" con estas previsiones y que no hay ningún "plan B" previsto por si no se llegan a cumplir, ya que en 2011 previsiblemente ocurrirá lo mismo que en 2010: que la liquidación será superior a lo presupuestado.Sobre un posible incremento de las rentas de capital, insistió en que la postura del Gobierno es que "no es el momento" para llevar a cabo un cambio de este tipo.