Los expertos en ladrillo identifican tres tipos de activos inmobiliarios residenciales. Primero están los denominados residuales. Son aquellos nacidos directamente de la ambición derivada de la burbuja inmobiliaria: Un piso oscuro junto a una vía de tren; un apartamento mal ubicado sin luz en la cocina; una fría promoción de apartamentos en un pueblo de montaña rodeado de chalets. Es el "stock" que a juicio de muchos expertos es posible que nunca encuentre comprador porque surgieron de un afán especulativo que nadie sabe si quiera si regresará.

En segundo lugar están las existencias estándar. Son viviendas habitables, ubicadas en barriadas con cierta demanda. El boom inmobiliario incrementó su número y tardarán varios años en encontrar propietario progresivamente. Ahora toca hacer la digestión del "empacho", como ayer calificaba la situación actual del mercado inmobiliario Francisco Carbonell, director general de Onofre Miguel.

Y por último están las llamadas viviendas preferentes. Son aquellas bien ubicadas, con una demanda constante y que tras dos años de crisis y bloqueo en el sector han ido encontrando salida por el encuentro entre compradores y vendedores, básicamente a través del ajuste de precios. Carbonell sostenía ayer en un debate inmobiliario organizado por BNP Paribas dentro del encuentro de análisis de inversiones Foroinvest que es posible que dentro de dos años el "stock" de este tipo de activos se haya agotado. Por esta razón, Carbonell avanzó que su empresa está estudiando iniciar alguna nueva promoción.

Onofre Miguel no es la única promotora que comparte opinión y planes. Aunque Jorge Caruana, director de Patrimonio del grupo IGSA, ligado a la familia Ballester, calificó la iniciativa de Onofre Miguel de "valiente", otras promotoras como Urbem, Edival o Ficsa también se han lanzado a preparar nuevas promociones. Ficsa, participada por Libertas 7 (familia Noguera) incluso se atreve en zonas de costa como Peñíscola o Burriana. José Pastor, de Urbem, presentaba la pasada semana en la microferia Urbe un plano de una futura promoción en Malilla, junto al nuevo hospital La Fe. Pese a la austeridad de la feria, que apenas reunió a nueve expositores, hacía meses que no se veía en un certamen de este tipo un plano de una futura promoción.

Por su parte, Edival se ha concentrado en promociones de vivienda protegida y tiene varias en marcha. El recorte de ayudas a la VPO anunciado por el Gobierno para el año que viene frenará la estrategia de Edival, pero su director comerical, Miguel Rabadán, sostiene que la empresa está consiguiendo sobrevivir a la tormenta inmobiliaria con un ritmo de una o dos ventas semanales.

La iniciativa de estas promotoras valientes se suma a la progresiva absorción del mercado de segunda manos y la la fuerte oferta de las entidades financieras, que siguen marcando el paso y acotando las operaciones de financiación dando prioridad a sus inmuebles en cartera.

Aunque el sector estima que quedan al menos dos años de ajuste y que nada volverá a ser igual, todo indica que unas pocas grúas volverán a asomar en el sky line de la Comunitat Valenciana.

Oportunidades en comercial e industrial

"Exista oportunidades de inversión en el mercado inmobiliario", aseguró ayer el presidente de BNP Paribas Real Estate para España, Luis Martín. En la jornada de debate sobre el mercado inmobiliario en Valencia celebrado ayer en el edificio de la Bolsa de Valencia, Martín y el director territorial de Levante de PNB, Joaquín Ivars, apuntaron a una ligera reactivación en el mercado de oficinas, locales comerciales, naves industriales y logística. Según Ivars, tras un año de fuerte caída de la contratación, el descenso de los precios de los arrendamientos y los ajustes empresariales están moviendo el negocio de las rentas inmobiliarias. Según dijeron son pocas las empresas que compran inmuebles para instalar su negocio, pero sí existe demanda en arrendamientos que puede ser aprovechada por inversores en gestión de rentas.

v. r. valencia