El Reglamento de Inmigración que acaba de anunciar el Gobierno para renovar el permiso de residencia a extranjeros en paro, si sus parejas trabajan y cumplen los requisitos económicos de cara a permanecer en España, se produce en momento de grave declive laboral en este segmento de la población con vivienda en la Comunitat Valenciana. El impacto de la crisis económica ha sido demoledor tal como reflejan la estadísticas registradas por el Servicio Público Estatal de Empleo (antiguo Inem) y del Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef) desde 2008, pues a la vuelta de dos años el paro de empleados extranjeros se ha duplicado en Valencia, Castelló y Alicante.

Las oficinas de empleo de la Generalitat, que tienen transferidas pas políticas activas, anotan hasta septiembre de 2010 un total de 83.804 inmigrantes desocupados, frente a los 38.700 personas de medias a lo largo del año 2008, una cifra que se disparó hasta los 71.156 durante 2009. El descalabro laboral es mayor que entre la población autóctona y se produce sobre todo en puestos de trabajo escasamente cualificados, sobre todo de actividades relacionadas con el ámbito de la construcción y de los servicios. En industria apenas ha subido el desempleo entre 2009 y 2010 como consecuencia de la escasa oferta, mientras que en agricultura casi se triplica durante estos dos últimos ejercicios.

El futuro Reglamento de Inmigración, según el Gobierno central, flexibilizará la renovación de permisos para evitar la irregularidad sobrevenida por la crisis, después de que muchos inmigrantes hayan perdido su puesto de trabajo en sectores como la construcción.

Cobertura social

Paralelamente al aumento de las personas paradas de nacionalidad no española -Marruecos, Rumanía, Ecuador, Colombia y Bulgaria ocupan los primeros puestos- también se ha mantenido el gasto social. Así las cosas, la tasa de cobertura (porcentaje de parados que perciben prestación o subsidio del Inem en comparación con el total) por encima del 70%, lo que supone garantizar una media de 808 euros mensuales por persona en el caso de las prestaciones contributivas. Los parados extranjeros residentes en la Comunitat Valenciana cobran 22 euros mensuales menos que la media de España (que se sitúa en 830,7 euros al mes). Los favorecidos por la paga del desempleo que son extranjeros representan el 14% del total de los parados anotados en las listas del Servef-Inem.

Entre las medidas que el Gobierno estudia para facilitar las renovaciones automáticas también se cuentan la reforma del arraigo social. De este modo, los extranjeros en situación irregular puedan obtener un primer permiso de residencia tras probar que han pasado dos (y no tres años, como ahora) en España. Sea como fuere, el tipo de contratación laboral más extendido y que supone la práctica totalidad de la oferta es el eventual, lo que dificulta dicho arraigo. Por autonomías, la Comunitat es la tercera con mayor número de desempleados extranjeros tras Cataluña (123.400) y Madrid (98.018), según los datos correspondientes al mes de septiembre de 2010. España aglutina algo más de medio millón, de los que la mitad pertenecen a las empresas de servicios.

El gasto en prestaciones del Ministerio de Trabajo e Inmigración se elevó a 2.607 millones de euros en lo que va de año, de los que 311,1 corresponden a la Comunitat. Italia y Portugal son los países de la Unión Europea (UE) que más mano de obra aportan a las empresas españolas.

Corbacho: "Vaya marrón te ha tocado"

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, al que le quedan pocos días para dejar el Gobierno, cree que los ciudadanos le recordarán como el ministro que tuvo que estar en el Ejecutivo "en la peor época" de los últimos 80 años y en el "peor Ministerio para dicha época. A veces me dicen los ciudadanos, muy cariñosamente: 'chico, qué mala suerte has tenido y vaya marrón que te ha tocado'", afirmó Corbacho en declaraciones a RNE. El ministro ha reconocido que en sus días como titular de Trabajo "no ha tenido ni un sólo día de tranquilidad y de buenas noticias" a causa de los datos del paro, que, como ministro, conoce diariamente. "A mí la vida me ha curtido", aseguró el ministro.