Hace algo más de quince días, con motivo de su visita a Valencia para participar en uno de los torneos internacionales de póquer que acoge el Casino Cirsa Valencia, un grupo de catorce jugadores reservaron un yate en la dársena del puerto para celebrar un fiesta con cava tras una jornada maratoniana de partidas. La mayoría de ellos no esperaba ganar grandes sumas de dinero durante el torneo. Llegaron patrocinados por casas de apuestas por internet dispuestas a convertirlos en estrellas de un negocio muy extendido en Estados Unidos, Alemania o Italia, que está encontrando en España un territorio virgen por explotar.

La semana pasada, la empresa Unibet se permitió el lujo de reservar casi todas las habitaciones del Hotel Sorolla Center para dar cobijo a muchos de los participantes de uno de los dos torneos internacionales que organiza en Europa. Con 350 jugadores y casi 600.000 euros de bote para premios, durante dos días Valencia ha sido la capital europea del póquer. El "glamour" se ha convertido en una de las principales estrategias publicitarias de las casas de apuestas por internet, que es la verdadera plataforma del negocio del póquer y hacia donde se pretende dirigir a los aficionados.

Y los actores están volcados en ganar cuota de mercado en España. Según los datos que maneja la Asociación de Póquer Deportivo, el año pasado se generaron cerca de 60 millones de euros en comisiones. La comisión de las casas de apuestas viene a ser el 3% de cada mano jugada y la cifra da una idea del volumen de dinero que se está moviendo en el universo del juego de cartas por internet. Más de 150.000 personas han probado suerte en internet en España y 15.000 ya lo hacen diariamente.

El valenciano Raúl Mestre, jugador profesional y fundador de la escuela de póquer por Internet EducaPoker, conoce bien el negocio. Ha hecho fortuna jugando en la red a base de horas y horas de manos, estudios estadísticos y análisis de partidas. Afirma que sólo acude a los torneos presenciales cuando cuenta con patrocinio de alguna casa de apuestas. "Los torneos existen porque las casas de apuestas necesitan material para retransmitir en televisión (la mayor parte de las veces on-line)". Para Mestre la parafernalia que envuelve los grandes torneos presenciales son "un escaparate". "Se crean estrellas, un escaparate para que la gente pueda conocer el producto. Los torneos mínimamente grandes los organiza una casa de póker online. Es como una especie de recompensa para los usuarios más fieles. Un servicio VIP".

Codearse con los grandes

Mestre explica que muchos de los participantes en los torneos tienen las inscripciones pagadas por las casas de apuestas. Las llamadas "satélites" son las jornadas preparadas para un público amateur que busca codearse con los grandes jugadores. En este caso las inscripciones son más baratas y permiten a los casinos aumentar los botes de premios.

La organización de torneos no deja de ser también un movimiento económico. Javier Gutiérrez, director comercial de Casino Cirsa Valencia, explica que los últimos torneos celebrados en Valencia han supuesto un total de 3.000 pernoctaciones. "Es un turista que resulta más atractivo que el de congresos porque tiene más nivel económico. Juegan diez o doce horas pero consumen mucho en ocio y quieren disfrutar de la ciudad", sostiene Gutiérrez.

Cirsa estima que la media de gasto del turista de póquer ronda los 300 euros por persona y día. Muchos jugadores llegan acompañados de familiares o amigos. "El póquer está creciendo a lo bestia. Es un fenómeno social. Hay mucha demanda", sostiene Gutiérrez. Conscientes de este potencial, los casinos tratan de renovarse y potenciar la afición. Cirsa estima que en Valencia, unas 10.000 personas circulan por sus mesas para amateurs. Aunque aparentemente son competencia, casinos y casas de juego en la red se han aliado para fabricar un circo que envuelve un gran negocio. Al más puro estilo americano.