La guerra del pasivo en la que está inmerso el sistema financiero español está pasando factura a las cajas de ahorros y, en especial, a las valencianas. Según el último balance del sector hecho público ayer por la patronal Ceca y correspondiente al pasado mes de junio, las principales entidades de ahorros españolas han visto en el último año cómo descendían, en algunos casos de forma significativa, su volumen de depósitos. Es una tendencia propia del complicadísimo escenario financiero. Los mercados internacionales donde estas entidades acudían en busca de financiación que les permitiera expandirse mediante la concesión de créditos se cerraron en el inicio de la crisis y, cuando empezaban a abrirse de nuevo, echaron el cerrojo de forma total para España en el segundo trimestre de este año al estallar la crisis de la deuda. En este contexto, las entidades bancarias volvieron su mirada al interior en busca de capital y se inició una guerra del pasivo en la que han salido beneficiados quienes tenían una mayor fortaleza y se han arriesgado a ofrecer rentabilidades muy por encima del precio oficial del dinero para captar depósitos de la competencia.

Las cajas han sido, en líneas generales, víctimas de esta situación. El citado balance de la Ceca lo pone de manifiesto. Bancaja ha visto cómo su volumen de depósitos se reducía en 5.337 millones en junio de 2010 respecto al mismo mes de 2009. Es un 10,2% menos. El descenso en la CAM es del 4,5%, concretamente, 2.124 millones. Y en Caixa Ontinyent fue del 3,4% (sólo 29 millones). Los datos de las dos grandes cajas valencianas son peores que los de las dos primeras cajas españolas hasta que se consumó el proceso de reestructuración del sector. La Caixa registra un descenso del 2,3% (3.493 millones). Y Caja Madrid, del 3,5% (3.172). Este caso es significativo en tanto en cuanto la entidad madrileña lidera un SIP del que forma parte Bancaja. La CAM, por su parte, se ha integrado en otro grupo coliderado con Cajastur, una entidad poco expuesta al sector inmobiliario y muy saneada. Buena prueba de ello es que la caja asturiana incrementó en el citado período en 87 millones sus depósitos, con una subida del 0,7%. La evolución y trascendencia de todos estos datos, sin embargo, está condicionada a la incidencia del proceso de reestructuración, que se consumó en el segundo trimestre, y la publicación en julio de las pruebas de solvencia, que despejaron las dudas sobre la banca española.

Aumenta el volumen de inmuebles que se quedan las entidades

Paralelamente a la reducción en el volumen de depósitos, las cajas españolas han visto cómo se incrementaba el de inmuebles que han tenido que adjudicarse por morosidad o dación en pago. Es una de las consecuencias de la exposición al sector inmobiliario. En el balance consolidado correspondiente a junio de 2010 hecho público ayer por la Ceca, el grupo Bancaja (incluido, por tanto, el Banco de Valencia) tiene en este capítulo acumulados 3.666 millones de euros, con un aumento de 313 respecto a marzo del mismo año. Es la que más. Le sigue la CAM, con 1.628 (66 más). La otra valenciana apenas crece y se queda en 2,2 millones. Caja Madrid, socia de Bancaja, declara 1.042 millones (61 más) y Cajastur, aliada de la CAM, se queda en 249, con un aumento de 62