Los bonos de la Generalitat de Cataluña han captado más de 1.000 millones de euros en su primer día de comercialización, según explicaron fuentes financieras, que dieron por seguro que entre el lunes y el martes se cubrirá la parte asegurada de la emisión -1.890 millones- y seguirán las suscripciones hasta alcanzar el máximo de 2.500 millones en los días siguientes. Los bonos se pueden comprar hasta el 12 de noviembre por un importe mínimo de 1.000 euros y uno máximo de dos millones de euros por inversor, y las peticiones del primer día se están realizando en todos los segmentos de este abanico. Ofrecen un interés del 4,75% a un año y dos días, por encima de la media del mercado.

Fuentes de las entidades financieras que están comercializando los bonos, un total de 23, destacaron la "buena acogida" y el "interés" de particulares y empresas por la emisión, que debe servir para cubrir el grueso de las necesidades de financiación de la Generalitat hasta final de año.

Los políticos y las hipotecas

Pese a ello, la mayoría de los líderes políticos catalanes no compraran bonos de la Generalitat pese a reconocer que tienen un interés muy atractivo y argumentan que carecen de dinero suficiente para invertir en este producto financiero porque, mayoritariamente, deben pagar hipotecas. El presidente de la Generalitat, José Montilla, no explicó ayer si piensa adquirir bonos, pero el director de campaña del PSC, Jaume Collboni, ya descartó adquirirlos porque, según dijo, tiene "una hipoteca como una casa de payés y ésa es una prioridad". El líder de CiU, Artur Mas, afirmó que la emisión prueba la situación precaria del Gobierno catalán porque se ve obligado a pagar un interés muy alto (7,75%), y bromeó sobre el eslogan con el que se anuncian los bonos "inverteix en seny". Según el líder convergente, "alguien con un poco de ironía diría que si las finanzas han llegado donde han llegado es porque no ha habido mucho seny".

El líder de UDC, Josep Antoni Duran, afirmó que la emisión de bonos es la colocación de deuda "más cara del mundo". El presidente de ERC, Joan Puigcercós, defendió la solvencia de los bonos pero añadió que no tenía dinero suficiente para comprar, aunque si lo tuviera lo haría.