El proceso de reestructuración del sector financiero no ha sido un desastre para la Comunitat Valenciana, pese a que ha perdido la autonomía de sus dos grandes cajas, al quedar éstas incluidas en sendos SIP liderados por Caja Madrid (Bancaja) y Cajastur (CAM). Así piensa el consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales (AFI), Ángel Bergés, quien considera que no ha habido "perdedores ni ganadores" entre las diferentes autonomías, si exceptuamos a la de Madrid, que es la auténtica triunfadora, porque allí se van a ubicar las sedes de los bancos que se crearán con los SIP. No sólo los dos citados, sino también el que capitanea Caja Murcia y el de Caja Navarra, entre otros.

Bergés cree que en un par de años se producirá una segunda oleada de fusiones tanto en las cajas como en los bancos medianos. En su opinión, lo más preocupante no es la solvencia sino la falta de liquidez. Las entidades financieras españolas tienen pendientes unos vencimientos de deuda "enormes" y, además, están inmersas en una guerra del pasivo "brutal y sin sentido", por los altos tipos de interés que están pagando para captar depósitos. Ambos factores "pueden condicionar la reestructuración" del sector. En este contexto, Bergés afirma que tanto Bancaja como la CAM "se han movido", mediante su integración en un SIP, para solucionar esos problemas de financiación.