El SIP que están constituyendo 23 cajas rurales españolas de tamaño pequeño, entre ellas la valenciana Caixa Popular y ocho cooperativas de crédito castellonenses, está negociando con al menos tres entidades que en su momento decidieron no entrar en el grupo CRM, liderado por Ruralcaja e integrado por otras trece cajas de la Comunitat Valenciana. Según las fuentes consultadas, se trata de las también castellonenses Alcora, Betxí y Onda. Tal como informó ayer este diario, el nuevo SIP, asesorado por la consultora Analistas Financieros Internacionales (AFI), está en conversaciones con entre tres y cuatro rurales para incorporarlas a su proyecto y la previsión es que al final el mismo esté integrado por 25, con lo que esperan que se sumen dos más.

El grupo Cajas Rurales del Mediterráneo (CRM) se formó inicialmente con veinte entidades valencianas. No obstante, en el proceso de aprobación del proyecto se acabaron descolgando seis por diversos motivos, principalmente, en el caso de las tres castellonenses, por el propósito de dar tiempo a que la iniciativa calara entre sus socios y evitar así un rechazo de las respectivas asambleas, reticentes al peso que en el SIP tiene Ruralcaja y temerosas de quedar completamente diluidas. Desde CRM siempre se ha asegurado que Alcora, Betxí y Onda, pese a todo, acabarían por integrarse en en este grupo. De las otras tres, Turís se inclinó por el grupo Cajamar, liderado por la entidad andaluza y del que forman parte la rural de Baleares y las valencianas Caja Campo, Casinos, Petrer y Albalat. Por su parte, Algemesí y L'Alcúdia se mantienen a la expectativa aunque con la pretensión de acabar vinculadas a CRM o, en su defecto, al SIP de ámbito nacional que lidera el grupo valenciano y del forman parte la oriolana Caja Rural Central y otras diecisiete cooperativas de crédito españolas, en su mayoría de ámbito provincial y, por tanto, con mayor tamaño que el más reciente SIP constituido, según reiteró ayer a este diario el máximo responsable de la entidad de L'Alcúdia y presidente de la Federación Valenciana de Cajas Rurales, Cirilo Arnandis.

Así las cosas, el mapa del cooperativismo de crédito valenciano está cada día más cerrado y eso que, en número, las 36 entidades que existían antes de iniciarse el proceso de concentración equivalían a casi un 50% del total español. De los tres SIP -las denominadas fusiones frías o virtuales- de ámbito nacional, quince rurales valencianas están integradas en el que lidera CRM (y podrían llegar a diecisiete o veinte, en función de cómo evolucionen las negociaciones ya mencionadas), otras cinco están con Cajamar y nueve (que podrían ser once o doce) se han integrado en el nuevo grupo de rurales locales.

Así las cosas, a las espera de ver qué hacen las tres cooperativas castellonenses tentadas por este último SIP y si se confirma que L'Alcúdia y Algemesí se incorporarán finalmente a CRM o su grupo nacional, sólo dos rurales de la Comunitat Valenciana -Villar y Albal- están sin novio a la vista. Este panorama, por lo que hace referencia al último SIP creado, depende ahora de que lo confirmen los consejos rectores de los socios, dado que las ocho castellonenses, a diferencia de Caixa Popular, aún no lo han aprobado.