Otro informe presentado ayer en Valencia dentro de un encuentro organizado por el Colegio de Economistas de Valencia echó un nuevo jarro de agua frías sobre las optimistas previsiones macroeconómicas del Gobierno central. UBS Wealth Management mostró ayer las conclusiones de su estudio sobre las perspectivas de la economía española a medio plazo. En el mismo se concluye que la "inexorable reducción del déficit público" impedirá recobrar ritmos de crecimiento superiores al 1% hasta final de 2012. "Es factible alcanzar un déficit público del 3% en 2013, aunque requiere algunas medidas adicionales de recorte de gastos y subidas de impuestos", advirtió Roberto L. Ruiz Scholtes, director de estrategia de UBS en España.

Con las previsiones de los recortes de gasto y obras públicas, el informe estima que crecimiento del PIB rondará el 0,5% en 2011 y al 1% en 2012, gracias a la aportación de la demanda externa, que es el principal motor de crecimiento". UBS explica que sólo a partir de 2013, la demanda interna será capaz de tomar el relevo para alcanzar el nuevo potencial de crecimiento del PIB real, inferior ya al 2%.

Por sectores, la Unión de Bancos Suizos, augura un largo período de estancamiento para la construcción por el exceso de oferta. "Seguirá deprimido durante año", afirma. Pero señala que la construcción residencial tocará suelo en actividad y precios en los próximos trimestres. El resto de la construcción afronta todavía la fase más dura del ajuste.

Sobre el sector financiero, el informe de UBS señala que es viable y solvente, pero sufrirá "un período de baja rentabilidad conforme sanea los activos problemáticos y reduce sus balances".

El informe concluye que España debe afrontar aún importantes reformas estructurales, en especial del sistema público de pensiones, del mercado laboral, del sistema educativo y en la eficiencia energética, para realizar un esfuerzo y recobrar parte de la competitividad exterior perdida en los últimos 15 años.

Por su parte, el decano del Colegio de Economistas, Leopoldo Pons, insistió en el problema estructural del desempleo y se mostró partidario de reformar la regulación de los contratos laborales hacia el diseño del contrato único. Además señaló el camino de la "bancarización" de las cajas de ahorros y la reestructuración del crédito de las pequeñas y medianas empresas.