Los cinco rectores de las universidades valencianas reivindicaron ayer su papel como agentes activos para un cambio de modelo productivo y mayor generación de valor a la economía, pero admitieron que tienen todavía que esforzarse en optimizar la trasferencia de conocimiento a la empresa y la sociedad para crear riqueza. La Real Sociedad Económica de Amigos del País reunió ayer en el Centre Cultural Bancaixa a los máximos responsables de la Universitat de València (Esteban Morcillo), la Politécnica (Juan Juliá), la Universidad de Alicante (Ignacio Jiménez Raneda), la Jaume I de Castelló (Vicent Climent) y la Miguel Hernández de Elx (Jesús Rodríguez Marín).

La mesa redonda no podía llevar un título más descriptivo: "Las universidades públicas valencianas y su relación con la empresa en el nuevo modelo productivo". En una comparecencia previa con la prensa, Jiménez Raneda dio por hecho que los centros académicos tienen claro su rol en el nuevo escenario económico: "En las universidades está tan asumido el papel que tenemos en la trasferencia de conocimiento que estoy convencido que el sato que vamos a dar va a ser enorme. Dentro de 25 años ya no hablaremos de este tema". Raneda, como sus colegas, resaltó que España ha avanzado mucho en la producción de investigación científica, pero anda rezagada en la trasferencia de conocimiento. "¿Hemos superado el Concilio de Trento o no?", se preguntó Juliá al señalar que "lucrarse no es pecado" y defender que se fomente una valorización de la aportación que la universidad hace al sistema productivo que sirva de incentivo para el mundo académico. "Estamos muy por debajo del 1% en la trasferencia medida por patentes", dijo el rector de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). "Tenemos que valorizar aquellos profesores que sean capaces de captar cuentas de negocio para las universidades por sus servicios, porque se trata de generar riqueza", insistió Juliá, que puso como ejemplo a seguir el del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Esteban Morcillo habló del cambio de modelo productivo, pero también de un "cambio de modelo de universidad, de una universidad de tercera generación", con una actividad volcada en satisfacer necesidades de la sociedad. "La universidad ha hecho muy bien los deberes en investigación, pero no en temas de innovación". Así recogió un guante de Juliá sobre el fomento de los sexenios de trasferencia. "Buscan valorizar la trasferencia de conocimiento de igual modo que se valoran las publicaciones académicas". Climent, de la UJI, apuntó que se trata de que el mundo académico ayude a las empresas de su alrededor a generar riqueza. "Sería un reconocimiento con datos contrastados". Todos coincidieron en que las empresas se han acercado a las universidades para buscar soluciones, sobre todo en aspectos tecnológicos. Climent citó el caso de compañías azulejeras en Castelló, que recurren a la UJI para realizar estudios y resolver problemas. En cualquier caso, recordaron que también las empresas tienen que mostrar predisposición y entender los tiempos y formas de funcionamiento universitario

Raneda citó el cambio de mentalidad que se está produciendo a la hora de fomentar el emprendedurismo. También Climent recordó la "doble trasferencia" que se produce entre las empresas y los alumnos que realizan prácticas en las mismas.

El acto de ayer, moderado por Francisco Oltra, director de la Sociedad de Amigos del País, concitó la atención de los agentes sociales. El presidente de Cierval, Rafael Ferrando, el de la CEV, José Vicente González, o el de la Cámara de Comercio, José Vicente Morata, estuvieron presentes, el secretario general de CCOO, Paco Molina, y numerosos empresarios como Francisco Ros, de Ros Casares. El director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, Francisco Pérez, también se acercó a la tabla redonda, al igual que el ex conseller de Obras Públicas, Luis Fernando Cartagena, y su esposa, Ana Encabo, secretaria de la Cámara de Comercio.