La Estrategia Integral del Vehículo Eléctrico, el programa del Gobierno central para impulsar las inversiones y el empleo en la automoción a raíz de la grave crisis que sufren fabricantes y concesionarios a lo largo de estos últimos años, aglutina un tercio de las ayudas del Plan de Política Industrial (2011-2020). El Ministerio de Industria garantiza 3.090 millones para el citado proyecto presupuestario, que se suman a los 1.075 millones del Programa de Fomento de la Competitividad de los ámbitos estratégicos industriales vinculados a este medio de transporte.

Los vehículos híbridos y eléctricos puros son una de las principales apuestas de las diversas fábricas de automóviles -entre éstas Ford Almussafes- para impulsar planes de producción y llegar a nuevos mercados. Las primeras versiones híbridas y eléctricas de estas versiones del C-Max llegarán al público a partir del año 2013, según los planes que maneja la multinacional con fábrica en Valencia. También la industria auxiliar del automóvil prepara nuevas inversiones para fabricar componentes de estos productos. En el aire queda el éxito o fracaso de estos vehículos, cuya cuota de mercado es muy residual en la actualidad. Las ayudas del Plan Movele, que entraron en vigor en julio de 2009 incluían diez millones de euros en ayudas para la adquisición de coches eléctricos. El problema radica en que apenas existen vehículos en el mercado con las características requeridas para poder recibir fondos que concluyen a final de año.

También la actividad aeroespacial será una de las más beneficiadas por el Plan Integral de Política Industrial 2020, que recibirá 4.200 millones durante la próxima década. La Administración quiere asegurarse un crecimiento sostenible y una capacidad de generar empleo. El ministerio del ramo se propone desarrollar este plan de acción para "mejorar la competitividad de la industria, fomentar la innovación, el crecimiento de las pymes, la proyección de empresas en los mercados internacionales y reforzar los sectores estratégicos".

Olvida la agroalimentación

Sin embargo, la industria agroalimentaria, un sector estratégico en la Comunitat Valenciana y líder en cifra de negocio de las exportaciones, es la gran olvidada del plan del Gobierno central. "Aporta casi el 10% al PIB de España y dibuja una fuente constante de creación de empleo con gran potencial en el futuro, tiene un gran potencial de crecimiento y la calidad de su producto le facilita el acceso a los mercados internacionales", advierte un informe realizado por la Federación Agroalimentaria de UGT. "Dado que la industria de la alimentación compone un sector estratégico dentro de la economía nacional, no es razonable que sea el más desatendido", lamenta la citada central sindical. El Estado sólo prevé en el sector agroalimentario una inversión de 13 millones euros con cargo al citado plan de competitividad.

Para el secretario de política industrial de la Federación Agroalimentaria de UGT, Sebastián Serena, el reparto de los recursos que ha hecho el Ministerio de Industria "no guarda proporción con la importancia de cada sector". En su opinión, la administración central se declara" consciente" de la importancia que escenifican estas industrias sobre la economía, "sin embargo la de la alimentación queda completamente olvidada en esta relación".