?¿Contactos? ¿Habilidad en la comunicación? ¿Prestigio? ¿Influencia? ¿Qué hay detrás de expresidentes o exministros para convertirse en objetos de deseo de las grandes empresas, eso sí, muy bien pagados? Probablemente se busque un poco de todo, especialmente la agenda, la habilidad para moverse en los círculos del poder, la posibilidad de contar con información privilegiada; unos elementos que resultan esenciales para las grandes empresas o corporaciones multinacionales a la hora de establecer una estrategia comercial o abrir las puertas a nuevos mercados. Y por eso las elevadas retribuciones que se pagan a los expresidentes o exministros dejan de ser un problema para estas compañías, que suelen amortizar sobradamente la inversión en la mayoría de los casos.

El último ejemplo se conoció ayer. En esta ocasión se trata del fichaje de José María Aznar como asesor externo para el área de Iberoamérica de Endesa, a cambio de una retribución cercana a los 200.000 euros anuales. Una nueva ocupación a añadir a su ya densa lista de vinculaciones con la empresa privada, que se conoce tan sólo unos días después de que se hiciera pública la de Felipe González como consejero de Gas Natural Fenosa, también para el área de Iberoamérica. Eso sí, con una remuneración 70.000 euros inferior a la del expresidente popular -126.500 euros anuales-.

El caso de José María Aznar, no obstante, es diferente, ya que su asesoría de Endesa se suma a una larga lista de actividades, en la que cobra especial relevancia la consejería que mantiene en News Corpotation, de Rupert Murdoch, por la que ha percibe alrededor de 170.000 euros anuales. Cargos que también compatibiliza con el de profesor de la Universidad norteamericana de Georgtown, el asesoramiento a Doheny Global Group, la presidencia de la Fundación para el Análisis y Estudios Sociales (FAES) y la representación en el Consejo Atlántico. A lo que hay que sumar, además, su actividad como escritor, que ya le ha reportado alrededor de 600.000 euros de la Editorial Planeta y las conferencias, que cobra a razón de 36.000 euros.

La llegada de Aznar a Endesa ya cuenta con numerosos antecedentes de exdiputados o ex altos cargos gubernamentales que han encontrado empleo en la energética, que estuvo presidida por Manuel Pizarro entre 2002 y finales 2007, antes de ser fichado por el PP. El exdiputado de CiU, Miquel Roca, y el exsecretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, participan también como consejeros de la eléctrica.

La lista de exdirigentes políticos en otras grandes empresas es interminable, especialmente en el sector financiero, en el que han encontrado acomodo Narcis Serra, que ha presidido Caixa Catalunya hasta el proceso de fusión con las cajas de Tarragona y Manresa. Guillermo de la Dehesa o Isabel Tocino están en el Banco de Santander. También se han producido incorporaciones a los grupos constructores, como Pío Cabanillas, Javier Solana y Carmen Becerril en Acciona o el ex ministro socialista de Industria, Luis Carlos Croissier, a Sacyr.